(Por Daf Nudelman) El último fín de semana, se llevó a cabo por séptimo año el TrimarchiDG, TMDG. Para empezar vamos a tratar de explicar qué es Trimarchi… ¿es un congreso, es un foro, es una conferencia, o una exposición, un ciclo de charlas, un viaje de egresados? Es todo eso y un tanto más. En principio, desde que conozco su existencia hasta el día de hoy, no tengo ni la más mínima idea de qué significa su nombre: TRImarchi, y nadie tampoco sabe decirme. Sí se sabe que el DG es por Diseño Gráfico, y eso es lo que nos une a todos en La ciudad feliz, en la costa atlántica un fin de semana de Octubre entre lloviznitas y días de sol.
El encuentro, orgullosamente organizado a lo sui generis, logra traer a nuestro humilde país, a algunos de los representantes más importantes del diseño del mundo, con la meta de inspirarnos e iluminarnos. Estudios y personalidades de Estados Unidos, como Psyop y Joshua Davis; de Canadá, Marian Bantjes; de Brasil, Mopa; de Alemania, Hort (en próximas ediciones eboy) y de Argentina, estudios y diseñadores destacados.
Pero es por fuera de las conferencias, donde se sucede lo más interesante…
Estudio antropológico de la fauna “trimarchista”
Principalmente formado por estudiantes argentinos, brasileros y chilenos, la fauna típica de Trimarchi se mueve en manadas mixtas de entre 3 y 10 individuos; se los puede reconocer fácilmente por su vestimenta, generalmente conformada por un buzo o una campera con una estampa de motivos “diseñosos” como heladitos, cassetes, rayos y centellas o monstruitos o alguna campera o accesorio con motivo escoces o rayado. Algún detalle con mucho color no puede faltar, bien saturado y chillon, desde una hebilla a un sobretodo, todo vale. En su uniforme encontramos infaltable el morral, un bolso cruzado, tanto en los individuos masculinos como femeninos. Sin dudas, aquellos más “cool”, traen su morral de marca, pero acá las marcas no son Prüne ni Louis Vouiton, sino Puro y Bolso de Viajes, así sos realmente “cool”.
Un día en TMDG
La rutina diaria de la manada Trimarchi puede variar, pero por lo general se mueven perezosamente entre el hotel, la playa y el estadio polideportivo, que es el lugar de encuentro. Allí luego de la primer conferencia, se puede encontrar al 90% de la población en las afueras del estadio, alimentandose a base de choripán y hamburguesas, algunos pebetes y mate, mucho mate.
Dependiendo de las condiciones climáticas, las manadas pueden disfrutar del sol, tirados panza arriba, o conformarse simplemente con el aire de mar, lejos de las obligaciones de la ciudad y la rutina.
Esta tribu tiene su tótem en el polideportivo, el cual es intervenido por los miembros. Con el pasar de las horas y los días, el tótem formado por cuatro letras T M D G, en la puerta del polideportivo, va tomando forma. Stickers, firmas, graffitis y más stickers de diseñadores que dejan su huella, su “yoestuveahí” en TrimarchiDG.
Esta es la forma de comunicarse en este evento, único en sus características: no hay tarjetas personales para intercambiar, a los profesionales se les acabaron (¡?) y los demás traen stickers o pins, que pegan indiscriminadamente en cualquier superficie, paredes, mesas, columnas y claro, el Tótem TMDG. Posiblemente, sea una marca cultural de status, cuantos más pins y stickers conseguis y mostras, tanto más popular sos.
Hora de la segunda conferencia, de alguna manera los grupos que descansan en las afueras del estadio, empiezan a levantarse y dirigirse al interior; ningún aviso, ninguna llamada, pero… si todos se mueven, debe haber empezado.
[[[[ Ocurre algo curioso en la platea, a pesar de haber espacios disponibles, las escaleras, y los lugares de paso, son los preferidos de los primeros que llegan. Así, para alcanzar un lugar, las manadas deben agudizar sus sentidos, del tacto y del oído, ya que al estar en penumbras solo pueden tantear la superficie libre para apoyarse. ]]]]
Comenzada la conferencia, cada orador sabe ganarse (o no) al público; y éste se lo hace saber sin pudor: como fue el caso de la incomprensible conferencia de Atypica, en la cual reinó el silencio; no ocurrió lo mismo con Hort o Joshua Davis, quienes fueron ovacionados aproximadamente una vez cada 420 segundos, con aplausos y vitoreo.
En Mar del Plata, la vida seguía su curso habitual, con excepción de los taxistas que se asombraban por la invasión de jóvenes porteños, brasileros y chilenos, que buscaba un medio para volver al centro una vez terminado el día.
¿Y qué sería de Trimarchi sin sus fiestas de Buenas Noches en Sobremonte? No solo los jóvenes estudiantes, con sus pulseras fluorescentes, se hacen presentes en el boliche; conferencistas y profesionales también plantan bandera en los pasillos de la disco, entre las pistas de cumbia, música electrónica y retro dance. Escapando de la realidad del trabajo y los estudios, el viaje a Mar del Plata se corona con la noche de boliche y diversión, aunque sea una misión imposible conseguir un mojito, o una margarita en alguna de las 15 barras del lugar; ni en aquella llamada “Ché Mojito”.
A modo de conclusión, lo que nos llevamos
Finalmente, al margen de la interesante y divertida fauna de diseñadores, Trimarchi es un congreso de diseño, un ciclo de conferencias, un viaje de egresados y un foro, todo en uno. Un punto de encuentro e intercambio entre estudiantes; una fuente de motivación; una excusa para una escapada a la costa, un viaje con amigos y para desenchufarse un poco.
Trimarchi es un evento particular, con una organización particular, y un espíritu único, más que la pila de tarjetas personales que podes llevarte de otra exposición o congreso, del TMDG nos llevamos stickers, pins y un mensaje claro, los conferencistas, y también los organizadores coinciden en la misma filosofía, que va más allá del diseño y se aplica a todos, y para todo: “Hacé lo que te hace feliz”.