Ñ ganó, el Proceso perdió
Uno de los mejores relatos del lado oscuro de la Argentina fue el del editor de fotografía del diario, el gran Dani Yako, amigo de la casa. Su función en este número fuerte fue tratar de poner en palabras lo que muchos fotógrafos habían puesto en sus rollos de película. “Creo que las fotografías de esa época abren al menos interrogantes y nos hacen reflexionar”, dispara con seguridad el mismo que habló en nuestras Segundas Jornadas Universitarias sobre Diseño de Información, de septiembre pasado.
“El trabajo del periodismo durante la dictadura estuvo marcado por la censura y la represión, pero la lectura de muchas de esas imágenes ha cambiado en estos 30 años y cobra otro significado. Basta con leer los epígrafes de los diarios de la época para verlo”, trata de hacer un mix el autor entre filosofía y teoría de la comunicación.
Más allá de su reconocido profesionalismo, Dani Yako nos invita a subir a una montaña rusa de sensaciones y sentimientos que mueve muchas cosas y deja sin respuesta a más de uno. “La desaparición forzada de personas es la llaga abierta más lacerante de nuestra historia reciente”, comienza a dar un contexto a lo que sigue.
“Su representación está dada por marchas, madres, protestas, fotos familiares de las víctimas, pero no hay registro del interior de los campos. Ni de las torturas, ni de los asesinatos. Ni de los vuelos de la muerte ni de las violaciones o de la apropiación de chicos.”
Las fotos que se suceden a lo largo de las dos páginas centrales forman parte de un libro que se va a presentar este jueves 23, en el Palais de Glace. “En negro y blanco: Fotografías del Cordobazo hasta el Juicio a las Juntas” es el testimonio colectivo de muchos fotógrafos que han aceptado colaborar con el gran trabajo de archivo iniciado por el fotógrafo Pablo Cerolini. “La investigación de Pablo Cerolini en archivos de fotógrafos y medios gráficos fue complicada. Muchas de las fotos se perdieron para siempre”, agrega Yako.
La foto de tapa del libro es un emblema de una época: un Ford Falcon, muchos civiles de sacos baratos y corbatas atadas con poca convicción, y uno o dos cuerpos fusilados en “enfrentamientos”.
