Para el anónimo, el jardinero y para todos los que no tienen lo que hay que tener
(Fotografía de Francisco Pizarro)
(Por Norberto Baruch B.) Hace 120 días atrás, nacía VisualMente, un blog que pretendía tratar temas de comunicación visual en gráfica e internet. Cuando empezamos esa mañana calurosa de enero, ni Dolores ni yo pensábamos que esto pudiera llegar a ser ni la punta de lo que es. Entonces el anónimo (que tanto me puteó por mail) me preguntará sobre qué es eso que yo creo significa hoy VisualMente. Y yo podré decirle que VisualMente es la suma de 370 notas escritas exclusivamente para el blog, por más de 160 colaboradores de Brasil, Perú, Panamá, Estados Unidos, Uruguay, Chile, México, España, Ecuador, Portugal, Venezuela y Argentina, entre otros.
Con actualizaciones diarias. Con referencias en los mejores sitios norteamericanos que ya establecieron un link permanente. Lo mismo ha ocurrido con otros sitios, pero la situación es totalmente distinta. Por ejemplo, en News Designer somos el único sitio latino dentro de sus links, mientras que los otros que nos referencian hablan nuestro mismo idioma. Hemos provocado fuertes debates en la comunidad visual, lo que nos ha generado muchos enemigos, pero también muchos amigos. Recuerdo tres discusiones muy poderosas: el debate sobre la utilización de un logo en un gráfico del Dallas Morning News, publicada el jueves 24 de marzo; la denuncia de descalificación por parte de la gente de El Mundo de Madrid, sobre un gráfico sobre los negros, del miércoles 30 de marzo; y el descubrimiento de una campaña publicitaria, Bandeiras, de Portugal, que utilizaba ciertos criterios infográficos para comunicar, el martes 19 de abril. Todas provocaron fuertes choques, que algunos no entendieron y se lo tomaron como algo personal. Era algo profesional, insisto con la aclaración. Pero nuestro gremio parece que no sabe discutir.
Con VisualMente queremos establecer un espacio de debate, donde todos tengan la palabra y den la cara. Priorizamos esto, por más que algunos han reculado en público, hasta el punto de negar lo que afirmaban. Animémonos. Pongamos lo que hay que poner, huevos y ovarios, para hacer de nuestra profesión algo cada vez más creible. Por nosotros y por los que vienen.
En este sentido quiero agradecer con fuerza a varios jóvenes que han entendido el desafío y que ya están logrando una pluma, alimentada por la tinta de la valentía, con sus constantes aportes al sitio. Ellos son Enrique Villegas, María Alejandra Lucino y Daiana Rosenfeld. Agradezco a Cristóbal Edwards por su confianza. Y gracias eternas a Dolores Pujol, mi gran socia.