Se acabó la competencia: Red Streak le deja el camino libre a Red Eye
Lo que comenzó como un proyecto pensado exclusivamente para entorpecerle el camino a su competidor será sólo un recuerdo a partir del jueves: el Chicago Sun-Times decidió que su tabloide para jóvenes, Red Streak, no va más. Ahora, la gente del Chicago Tribune tiene el camino libre para seguir adelante con Red Eye.
Red Streak fue lanzado en octubre de 2002, el mismo día que Red Eye llegó a los puestos de venta. Ambos con un precio de 25 centavos; formato tabloide; mucho color e imágenes; historias breves con un fuerte énfasis en lo local, entretenimiento, deportes, moda y chismes sobre celebridades; y un target codiciado: los jóvenes de entre 18 y 34 años.
Robb Montgomery, director de VisualEditors.com, fue uno de los creadores de Red Streak. En un reciente comentario en su sitio web sostiene: “Fue una gran carrera. El laboratorio de aprendizaje de Red Streak fue una fuente de excelentes ideas que maduraron y evolucionaron en cuestiones que ahora aparecen en el Sun-Times”.
Los propios responsables del Sun-Times admitieron entonces -y ahora- que se trataba de un puro movimiento defensivo. No querían dejarle libre el camino al Tribune para imponer un tabloide joven de pago. Por eso, se apuraron a diseñar su propio producto en un tiempo récord, apenas 23 días. Algunos creen que la jugada les salió bien, ya que Red Eye terminó por convertirse en un gratuito y no pudo imponer su modelo de pago (aunque tiene suscriptores que prefieren pagar para recibir el diario en su casa, en lugar de recogerlo en forma gratuita en ciertos lugares públicos). Para otros, el ganador es que el se quedó con los lectores (con una circulación diaria de 94.000 ejemplares y un readership semanal de 600.000 jóvenes) y logró captar nuevos anunciantes que nunca habían publicitado en el diario madre (cerca de 1.400).
Lejos de pretender determinar quién ganó y quién perdió, algunas preguntas quedan dando vueltas:
1) ¿El modelo de pago de Red Eye hubiera caído por sí solo, incluso sin competencia?
2) ¿Las nuevas generaciones no están dispuestas a pagar por información, aun cuando el precio sea bajo y el contenido de buena calidad?
3) Los medios sostienen que quieren captar a las nuevas generaciones y para eso lanzan nuevos productos. En muchos casos, se terminan quejando de que pierden dinero (o no ganan el suficiente). ¿Están haciendo mal las cosas al ofrecer productos que no satisfacen las demandas de los nuevos consumidores o el negocio del segmento joven no es tal?