Ganó Clarín
Ayer hablábamos del alma del deporte, de la mística, hablábamos de la falta de sangre en los textos y la pasión propia del fútbol que habita en las fotos. En esos dos suplementos especiales sobre el Boca Campeón, que sacaron Clarín y La Nación, había muchas fotos que peleaban el campeonato del sentimiento balonpieísta. Todo bien, cabeza a cabeza, hasta que llegamos a la mitad de los dos suplementos. Desde que uno empieza a entender esto del fútbol sabe que todos los años algún equipo va a ser campeón. Este ritmo cíclico del destino es siempre acompañado por suplementos a tono con el festejo. Y siempre esos suplementos traen en las páginas centrales la famosa foto del equipo, agachados y parados, con una fuerte tipografìa que dice ......... (colocar el nombre del equipo) campeón. El destino de esa central será quedar colgada en alguna pared, puerta de placard o puerta nada más. Clarín cumplió con esa mística relación de diario-lector fanático. La Nación, no.