Exclusivo: Te presentamos La Guerra Tibia
(Una de las 15 serigrafias sobre lienzo de Goster, que tiene una equivalencia musical de Pillado)
(Por Bender Baruch) El Norbi estaba de vacaciones en el campo y aparecieron en medio de la madrugada, montados en un viejo Mercedes Benz. Por eso, no lo pensó dos veces y lo invitó a que sea uno de los disertantes de su evento en tierras peruanas, Perú Visual.
Jose Antonio Mesones, AKA Goster, es un peruano que comenzó como diseñador en el diario El Comercio de su país, pero después cambió. Sacó un libro sobre The Sound Of Periferia (que fue lo que le trajo a El Norbi en sus vacaciones). Cambió varias veces y hoy es un artista que presenta una exposición muy poderosa.
"Hasta mediados de siglo la guerra era –como lo definió célebremente el prusiano Clausewitz- la continuación de la política por otros medios. (Unos medios un poquito más feos, cabría decir). Pero la pesadilla recurrente del hongo nuclear cambió las cosas para siempre. De Hiroshima en adelante todo se volvió propaganda, intimidación, amenaza, subversión y miedo. Y nacimos nosotros, los hijos de una Lima con botas y volkswagens", comienza a explicarnos.
Porque de eso va “La guerra tibia”. Del humor, la nostalgia y la música. "Esas son las tres especies que condimentan el nuevo postre que acaban de preparar Santiago Pillado-Matheu y Goster. Un músico que compone canciones a partir de imágenes. Un artista gráfico que diseña, ilustra y mancha a partir de sonidos. Todo se cruza y viaja. Y en un ecran percudido se proyecta una película del 2001 sobre otra película del 81. Osama bin Laden y los perros colgados en el centro de Lima. La chicha y la cumbia y la chela y el rocanrol. Ultra Siete y Fantasmagórico. El one million dollar man y el one million dólar muc. Todos somos bienvenidos, aunque nos maten a palos una vez que estemos adentro".
Diego Otero agrega que "de pronto se acabaron los setenta y el gel se agotó también en las boutiques del tercer mundo. Greedo, ese feo bicho verde de La Guerra de las Galaxias, se encontró un buen día con el Nene Cubillas, y todo volvió a empezar, por lo menos en la memoria, esa casa que siempre organiza fiestas peligrosas. Y que nunca exige invitación".
Hoy, en Av. Saenz Peña 295, en ese lugar alucinante pegado al mar, que se llama Barranco, aunque podría ser el porteño San Telmo o el madrileño Lavapies o el romano Trastevere, a las 20:00