Si es necesario anunciar un estreno de una película, todos optan por un fotograma oficial de la cinta, facilitado por la distribuidora.
Pero lo burdo en periodismo visual no sólo tiene que ver con las elecciones de las imágenes. Muchas veces lo que está diciendo desde lo visual, se lo está replicando desde lo textual, creando una redundancia que poco le sirve al lector.
Entonces aparece Sánchez que tiene bien en claro todo esto. Que se pone a currar hasta la gota gorda para buscar un camino alternativo, un camino rico e inteligente, para encontrarse con esa persona que ha gastado unos euros en el periódico y que no quiere perderlos.
Cada una de sus portadas son un electroshock al panorama plano y aburrido de los medios impresos españoles. Antes que un fotograma un concepto es su máxima, o por lo menos eso parece. Y es muy complicado alcanzar esa síntesis visual, pero Sánchez lo intenta de nuevo. Èl no renuncia a las ideas, y yo, como lector, se lo agradezco.
(A continuación una breve reseña de cuando hicimos una videoconferencia con Sánchez, como parte de las Segundas Jornadas Universitarias sobre Diseño de la Información, en Septiembre de 2005, y después el reportaje exclusivo que le hicimos recién, a horas de la inauguración de su expo en Madrid, contándonos todos sus secretos y haciendo su personalísimo top five de portadas)