| (Por Herminio Fernández) Creé aquel Neo con 23 años años y recién salido de la facultad de Periodismo. A falta de alguien mejor pusieron en mis manos un pequeño juguete con el que aprender con el privilegio de poder imprimirlo cada semana en offset. Al borde de los 30 veo en aquellas portadas la inocencia de un joven desorientado que se preguntaba viendo la prensa madrileña cómo demonios se les ocurría diseñar de aquella manera prodigiosa. Más que imitar a La Luna y Tentaciones tuve que crear una identidad propia porque no había manera de seguirles el ritmo en aquellos años en los que entre los dos se iban repartiendo los Best of Show de los premios SND. Hoy diseño miles de páginas al año con solo dos tipos de letra y una paleta de cuatro colores y supongo que empiezo a entender ya un poco del oficio. Aquellas portadas de Neo, sin embargo, tienen mucho de torpeza y no siempre se lo ponían fácil al lector. Pero se lo digo a mis alumnos (y discúlpenme la sensiblería en el día de San Valentín): |
uno olvida los besos de en medio pero siempre se acuerda de los primeros. Y también ocurre con las páginas: apenas recuerdo lo que diseñé esta tarde, pero siempre recordaré aquella tarde, hace seis años, en la que en preimpresión me informaron que las siluetas no se me imprimían porque las guardaba en Tiff. Fue un descubrimiento tan tonto como prodigioso. Pero se aprende de los errores. Y así desde entonces.
Herminio Javier Fernández es director de arte de Suplementos Especiales del diario Levante-EMV de Valencia.También:
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