Un día como hoy, pero hace 7 años, nacía Visualmente
(Dolores Pujol y El Norbi, más gordo, festejando en el Fin del Mundo)
(Hace 7 años escribimos esto, Dolores y yo. Allí contamos cierto backstage de Visualmente, que, en aquel momento, pocos leían. Hoy, en el día de nuestro quinto cumpleaños, queremos compartir con ustedes lo que pensábamos en aquel momento)
Un blog o bitácora es algo muy personal, entonces va mi confesión. Hace un tiempo, cuando mis padres pretendían que fuera abogado, yo los enfrentaba para lograr alcanzar mi verdadera vocación: la de ser periodista. Ni ellos sabían sus razones, ni yo las mías.
Fui periodista, y de los comprometidos. Escribía sobre los desaparecidos y denunciaba a los desaparecedores de traje y corbata. A los de uniforme, también.
Siempre me interesó hacer lo que nadie hacía. En periodismo eso era hablar de lo que nadie hablaba. Y la única forma de hablar de un periodista es a través de sus investigaciones.
Y mis investigaciones fueron informes en Humor, El Periodista de Buenos Aires y en El Porteño. Y mis investigaciones fueron libros para el Centro Editor de América Latina y para Galerna.
Después me metí en publicidad. Allí también mi preocupación fue hacer lo que nadie hacía. Logramos cambiar, con mis duplas circunstanciales, la tradición de Coca-Cola de repetir los patterns de EE.UU. También fuimos los primeros en ensuciar las Chevrolet.
Cuando empezaba a estar lejos del periodismo, entro en el Página/12 de Lanata y El Sueco, para hacer lo que nadie antes había hecho: las infografías y el arte de las tapas de los suplementos de Cash y Futuro. Era otra forma de hacer periodismo. No sabía como definirla, pero me salía de esa forma el periodismo. Sin escribir.
Por lo que hice en Página 12, me aceptaron en La Nación de Piaggio y Guyot. Antes, en el Clarín de Iñaki y Tea había tenido una gran oportunidad. Ahí también logré hacer lo que nadie había hecho: darle una identidad al suple de Informática.
Pero volvamos a La Nación. Allí logré algo único. Pude crecer con el producto. Fue como una road movie, donde uno entraba a la autopista siendo alguién y terminaba siendo otro. Eso fue Vía Libre para mí. El Vía Libre de Ruffo, Pato y Ramos. Todo éste viaje me llevó a tratar de unir mis dos pasiones: lo visual y lo textual.
Hoy todo eso se convierte en esto, un blog personal. Un blog personal de dos personas. De Dolores, mi nueva gran amiga, que es una gran persona, y mío. Y de ustedes, también.
(Fotografía de Dolores Pujol realizada por El Norbi)
De este otro lado de la PC el currículum no es tan extenso. Llevo pocos años en la profesión y todavía está pendiente mi tesina de licenciatura en la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, sobran ganas, curiosidad, perseverancia y dedicación.
Comencé en el periodismo como productora periodística de radio AM y de un programa de TV por cable. Por entonces estaba fascinada con la Economía y pensaba dedicarme a ese rubro. Hoy, no estoy tan segura. Aunque sigo dando vueltas por esos pagos, hay otros temas y cuestiones que cada vez me interesan más: desde hace poco más de dos años trabajo como editora de varios sitios web y la inmediatez de la red me atrapó.
El periodismo visual… hasta ahora fue un deporte personal consistente en coleccionar revistas, diarios, folletos, ediciones especiales, y observar obsesivamente puestas en página, tapas y nuevos lanzamientos de productos periodísticos.
Conocí a Norberto en septiembre de 2004 en las Primeras Jornadas de Diseño de la Información. Hablamos casualmente y coincidimos en varios intereses. Más tarde, volvimos a encontrarnos y fue tomando forma la idea de hacer algo juntos. Norberto está convencido de que hay una mirada femenina y una forma femenina de hacer las cosas. Tal vez esté en lo cierto. Veremos.
Norberto siempre quiso hacer lo que nadie hacía. Y pudo hacerlo. Y quiere seguir haciéndolo. A mí también me gustaría, claro. Creo que este blog bien puede convertirse en eso: aspiramos a llenar un espacio vacío en la blogoesfera latinoamericana (y más también, por qué no). Creemos que es un blog pionero. Para mí, es también un desafío. Allá vamos…