Mi México Querido, por Jaime Serra
Impresiones sobre mi participación como ponente en la séptima Cumbre
Mundial de Diseño en Prensa celebrada el pasado mes de octubre en México D.F.
El año 1993 viaje a México D.F. por primera vez. La ciudad me cautivo y desde
entonces he tenido la fortuna de volver a la Capital Federal y conocer otras
partes del país en repetidas ocasiones, tanto por motivos profesionales como
personales. Siempre partía del país con el deseo de regresar pronto. Esta
relación con el país, unido al impresionante nivel de los ponentes de la séptima
Cumbre Mundial de Diseño en Prensa me llevaron a aceptar de inmediato la
invitación a participar en el.
Desde el primer momento en que confirmé mi asistencia disfruté de una
exquisita atención en todos los detalles previos al viaje, no solo profesionales
también de tipo personal –propuestas para hacer turismo en la ciudad y
alrededores en los tiempos libres, dieta alimentaria específica, itinerario,
horarios de vuelo y –¡incluso!- asiento deseado-, hicieron que crecieran mis
expectativas respecto al viaje y al congreso.
La realidad supero ampliamente mis expectativas en todos los sentidos.
En el aspecto puramente profesional debo decir que he conocido pocos
congresos tan bien organizados.
He tenido y tengo la fortuna de asistir habitualmente a eventos con el perfil de
esta Cumbre Mundial. Pocos disponían de un auditorio tan bien acondicionado,
con un escenario decorado con gusto y dotado de todos los adelantos
tecnológicos necesarios –quiero destacar la calidad de proyección y sonido-, la
calidad de la traducción simultanea y la presencia de un presentador profesional
para los ponentes-. La perenne presencia de los organizadores controlando el
más mínimo detalle hizo que todo funcionara como un reloj.
En mi tiempo libre disfrute como pocas veces de la ciudad. Para mi sorpresa
encontré un D.F. más limpio, seguro y con mejores servicios que en mis
anteriores visitas. En más de una ocasión lamenté no haber combinado las fechas
para prolongar el viaje y disfrutarlo con mi familia. Me conjure para trabajar
desde mi medio en dar una imagen más exacta de la ciudad, pues algunos hechos
lamentables que se han producido últimamente en el país, han creado en el
exterior una imagen pública distorsionada de la verdadera naturaleza de la
ciudad.
En resumen, no puedo hacer un balance más positivo, en todos los aspectos, de
mi participación en esta Cumbre. Como agradecimiento a la experiencia, el deseo
de que se instale el congreso con sede permanente en México D.F. y de tener la
fortuna de ser invitado nuevamente en un futuro cercano.