Para todos los que se inscribieron a las Cuartas Jornadas Universitarias sobre Diseño de Información, un regalo. El gran Rodrigo Sánchez nos muestra, en primicia absoluta, cómo será la portada del viernes del suplemento Metrópoli, y nos da su explicación creativa. Lujo.
(Por Rodrigo Sánchez) Sabes lo difícil que es enfrentarse a un tema como el del 11-s. Hay que tener mucho cuidado en no herir la sensibilidad de nadie, hay mucha gente involucrada y alguien puede conocer a alguien que ha sufrido directamente los ataques terroristas o que era familiar o amigo de alguna de las víctimas.
Hemos de cuidar nuestro trabajo y no caer en chistes fáciles o lugares comunes muy manidos. O al menos esa es la idea. Con los acontecimientos del 11 de septiembre es inevitable recurrir a la imagen de las imponentes torres gemelas, como es inevitable recurrir a la cruz si hablamos del cristianismo o a la estrella de David, o el candelabro de siete brazos, en el caso del judaísmo.
El problema puede radicar en que, probablemente, muchos diseñadores gráficos del planeta están simultáneamente pensando algo parecido.
En concreto, hablando de la película WTC de Oliver Stone, barajábamos tres posibilidades. Bien jugar con la foto-ilustración del propio director, bien hacerlo con la foto-ilustración del actor principal, Nicolas Cage. La tercera opción era recurrir a un concepto que vinculara el recuerdo iconográfico de la catástrofe (las torres en llamas) con lo que era (y es) una zona comercial y de negocio de Nueva York. No en vano el nombre de las torres era World Trade Center.
Antes de empezar a trabajar intentamos tener referencia de los recursos que periódicos y revistas internacionales habian utilizado sobre el tema con anterioridad. Queriamos evitar el repetirnos. Para ello recurrimos a webs especializadas que en algún momento habían publicado portadas dedicadas al tema (Newseum, Visual Editors, Newsdesigner, Visualmente, etc). Obviamente no estaban todas y nos sirvió más lo que no vimos que lo que vimos.
También teníamos en mente la portada que nosotros mismos habíamos publicado en Metrópoli con motivo de la película sobre el 11-s que se rodó poco tiempo después del atentado (octubre 2002). 11 cineastas rodaron 11 minutos de cortometraje sobre algún acontecimiento o vivencia relacionada con los ataques. En aquella ocasión construimos las torres gemelas (¡otra vez las omnipresentes torres!) con los nombres y nacionalidades de los 11 realizadores y su lugar de procedencia.
Ahora, cinco años después, la idea definitiva surge de nuestro colaborador, ilustrador y amigo Raúl Arias, quien me propone hacer un juego con el símbolo gráfico universal de la transacción comercial: el código de barras. Las torres gemelas, ardiendo o con humo, se elevarían partiendo de alguna de las barras del código.
La conclusión es que no podemos obviar el hecho fundamental del acontecimiento. Los aviones chocaron contra las torres. Las torres se incendiaron. Las torres cayeron. Hubo gente, mucha gente que murió en las torres. Las torres, las torrres y las torres. Las torres fueron el ícono, el objeto y el sujeto. Ellas lo fueron todo en esa terrible historia.No podámos hacer una portada sobre esa película e intentar a la vez evitar recordar su fundamento.
A partir de ese momento lo más complicado era decidir qué tipo de humo habríamos de poner a las torres para que fuera creíble y, al mismo tiempo, contrastara suficientemente con la sencillez gráfica de la imagen principal.
Jugamos con varias opciones de humo: humo basado en el grafismo del propio código de barras, humo dibujado, humo de cigarro, humo de factoría, humo de incendio, humo de chimenea, humo de papel.
Al final nos pareció que el humo elegido era lo suficientemente dramático como para ofrecer el equilibrio buscado entre el icono y la fotografía.
Va por ellos, cinco años después.