Atacan al periódico El Mañana (México)
A las 19:45 de ayer, el periódico El Mañana de Nuevo Laredo, México, fue atacado con ráfagas de armas de alto poder y una granada que explotó dentro de la redacción del periódico. A los pocos meses de empezar con VisualMente, la violencia contra los periodistas de México nos impulsó a formar parte de una campaña internacional para condenar dichos actos de violencia. Cuando pensabamos sacar nuestro distintivo verde y negro del costado derecho de nuestro blog una noticia nos volvió a la realidad. La gente de CEPET, primero, y Emilio Deheza, después, nos mandaron esta información.
Los atacantes se introdujeron a las oficinas que se encuentran en un primer piso. El reportero Jaime Orozco Tey resultó herido y fue llevado a un centro de atención y hasta el momento se desconoce la gravedad de sus heridas. Los propietarios del periódico El Mañana no se encontraban en el lugar.
Los pistoleros pasaron por la recepción del periódico en el que habitualmente se encuentra un guardia que no porta armas. Mientras realizaban el ataque los gatilleros gritaron “Ahora sí se los va a llevar la chingada”.
Poco después del ataque se hicieron presentes fuerzas de la PGR y la policía ministerial y hacia las 8:15 p.m. llegó a las instalaciones personal de las fuerzas militares.
Apenas hace unos días se llevó a cabo en Nuevo Laredo, Tamps., el seminario “Narcotráfico: investigación y cobertura noticiosa”, organizado por el Instituto de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el 26 y 27 de Enero. El periódico El Mañana fue uno de los principales promotores y patrocinadores del seminario, junto con el periódico El Imparcial, de Hermosillo, Sonora.
Durante el seminario, que reunió a un centenar de periodistas, fue anunciado el proyecto Fénix que investigará los casos de ataques en contra de periodistas.
Esta es la segunda agresión grave cometida en contra del periódico El Mañana en menos de dos años. La madrugada del 19 de marzo de 2004 fue asesinado el director editorial de ése medio, Roberto Mora García, cuando llegaba a su casa después de salir de la redacción.