(No) es sólo rock and roll
(Desde Villa Gesell) Nuevamente los suplementos jóvenes de los diarios y su particular forma de entender a sus lectores. Ni Vía Libre, ni el Sí, ni el No, pudieron evitar caer en la tentación comercial de agradecer la pauta publicitaria con largas notas sobre el Gesell Rock.
Pero ésto fue más grave cuando se publicó como propia la infografía realizada por la productora, donde se mostraba las famosas salidas de emergencia post cromanónicas.
Siempre el rock ha estado cerca de cierto espíritu adolescente, más cercano a la rebelión y al pogo, que a un prolijo paseo por un shopping con papá y mamá.
Que el Gesell Rock se haya convertido en una kermesse de escuela secundaria, con preceptores armados, es sólo una normal, cuasi exagerada, reacción espasmódica por lo que pasó el 30-D.
Pero lo de los suplementos fue impresentable. La nueva miopía de la prensa pseudoadolescente quedó demostrada no sólo en su cobertura, exclusivamente, musical, sino en la edición fotográfica, que, cuidadosamente, evitó mostrar los varios actos represivos que padecieron los chicos. Sólo los breves textos de Mariano Ugarte, en el último Sí, y Cristian Vitale, en el No, del jueves pasado, asomaron cierta crítica sobre el festival más seguro de la historia del rock nacional.
Lo raro fue que dichos comentarios no estuvieron acompañados por ninguna foto del llamativo operativo policial.