Hasta el último round
Su trabajo me interesó desde que lo conocí. Su búsqueda iba más allá de un simple trabajo para la facultad y tenía más que ver con una apuesta cuasi-profesional. Estos son los trabajos donde la consigna del profesor es totalmente superada por la actitud del estudiante. Lo tipográfico y lo fotográfico darían cátedra a más de un profesional en actividad que cobra sueldo. Por todo esto, en VisualMente empezamos con Daf una nueva sección que tratará de dar el lugar que se merecen los que se lo estando pelando. La nueva secciòn-categoría se llamará Pasante.
(Por Daf Nudelman) Hasta el último round, nació como el trabajo final de la materia Diseño 1 (en la cátedra Wolkowicz, UBA). La consigna era realizar un libro visual, con un lenguaje gráfico propio, que relate cómo fue nuestra cursada. Elegí tomar como partido conceptual el boxeo; identificaba mi cursada como una constante pelea…
Para adentrarme en el universo del box y su gráfica, comencé a investigar sobre afiches, y publicidades; las cortinas televisivas y las películas de box. Sin embargo, encontré que no había un lenguaje visual homogéneo, y que si bien había constantes, eran pocas, y necesitaba algo más fuerte con qué trabajar. Otro punto a tratar, era que si bien iba a contar boxeo, tenía que buscar la manera de contarlo sin mostrar un boxeador, sino con imágenes referenciales de su universo: los guantes, elementos del entrenamiento, la campana, el reloj etc.
Pero todo esto no era suficiente. Y tampoco iba a lograr captar la esencia de la vida del boxeador sentada en mi computadora, así que decidí ir a la Federación Argentina de Box (en Almagro) con la esperanza de encontrar algún archivo o imágenes, sin embargo me llevé mucho más: accedí, tramite mediante, al gimnasio oficial donde entrenan profesionales y amateurs, con sus entrenadores y sus sparing; con sacos y punching ball reales y no de estudio; un ring y guantes reales; y pude comprobar por mi misma el clima, las texturas, los olores, los colores, la tensión, la transpiración que había en un entrenamiento de box y ahí encontré el lenguaje visual de mi libro.
Con la esencia del universo del box, un buen relevamiento de imágenes referenciales y una idea fuerte en mente, empecé a producir las primeras dobles:
Las texturas que encontré en el gimnasio y otras sacadas de Internet, iban a ser los fondos, rusticos, sucios, característicos del universo del box, y las fui tratando con efectos de iluminación, algunos brushes y demás artilugios digitales para darle el clima que quería.
En cuanto a las imágenes, era constante el recorte, y su tratamiento basado en la trama de puntos característica de las impresiones en baja resolución de los afiches y las revistas populares de boxeo.
En cuanto a la cuestión tipográfica, comprobé a partir del relevamiento de afiches y tickets, que era constante: tipografías sin serif, condensadas, o con serif egipcias y bold; y las puestas eran en bloques concretos y rígidos; con el uso de dos misceláneas típicas, las líneas y las estrellas. Encontré que la fundidora Hoeffler había realizado un pack de familias tipográficas con muchísimas variables, especialmente para box; desde sus nombres ChampionGothic y KnockOut (y sus variables desde HeavyWeight y FeatherWeight); estas dos familias sans serif me sirvieron para los bloques de texto, y utilicé la Ziggurat (del mismo pack) una egipcia pesada, para los títulos. Agregando a las puestas, las líneas y estrellas, del modo que se utilizan en los tickets y afiches.
Con estos elementos, articulé cada doble con la intención de crear clima, que haya un ritmo y se cosa un sistema visual, que además comunique algo: mi cursada como una pelea en la que no me redí Hasta el último round… y terminé ganando.