El invisible sexo japonés
Cuando hicimos nuestro Living nocturno, desde Tokio, muchos de los participantes (hombres todos) se preocuparon por saber las costumbres nipones a la hora del leer el diario. Pero eso fue al principio.. Después la amena charla dió varias vueltas en el aire y cayó para el lado de los suicidios, primero, pero después la charla se concentró en cuestiones sexuales. Hoy tenemos el lujo de contar con una estudiosa de las costumbres sexuales de los japoneses, la antropóloga Marcela Méndez, esposa de Kohji.
(Por Marcela Méndez) Hay pocas cosas que deban complicar tanto el trabajo de los creadores japoneses (llámense cineastas, ilustradores, fotógrafos…) como el "invisible" sexo de los japoneses. Dicho de otra manera, la prohibición no escrita de mostrar genitales en pantalla o papel.
Lo que sí es cierto, es que tanto el amante de la fotografía, como el buen pornógrafo sufren la censura, aunque ya han pasado casi diez años desde que se permitió "el vello púbico" en la economía más postindustrializada del globo.
En agosto pasado los censores permitieron por primera vez en el cine local una brevísima escena de la película "Kinsey" donde se ven genitales de ambos sexos, aclarando que la escena "no era pornográfica" y que la película "estaría poco tiempo en cartel".
En los manga los sexos se esfuman, se convierten en manchas blancas, o se cubren de fluidos que permiten inferir sus formas; en las películas porno se convierten en mosaicos, y en las normales son limpiamente amputados de las pantallas.
Los censores pueden considerar que el vello está "mojado" o muy "velludo" (sic) y así merecer tijera. Los genitales de la mujer dando a luz también pueden condenar a la escena de la película al cajón.
Más desfasada parece aún la censura, si hurgamos un poco en la historia del arte japonés. Ahí nomás están las "shunga" (lit. estampas primaverales) que en el siglo XVII divertían a tirios y troyanos con jocosas imágenes de sexo entre hombres, mujeres (y hasta algún que otro enano) todos, igualitaria y exageradamente dotados. Esa expression artística fue retirada de circulación más o menos con la Restauración Meiji (1868). Las mismas fuerzas modernizadoras del pais que quemaron rápidamente etapas del feudalismo al capitalismo, se encargaron de enterrar en el camino esa divertida historia natural del sexo japonés. Será que basta la imaginación…?
Marcela Méndez es antropóloga (UBA 1996), Maestra en Estudios Orientales (Sophia Univ, Tokio, 1998) y periodista. Actualmente realiza investigaciones independientes sobre los Nikkei (descendientes de japoneses) y los latinos en Japón, donde reside.
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