Lo mejor del 2010: Cuando las balas pasan cerca, muy cerca, con Walter Astrada
A principios de este año, el fotógrafo argentino Walter Astrada había ganado el Premio World Press Photo 2010 por su serie "Bloodbath in Madagascar", en la categoría profesional más poderosa del certamen (Spot News Stories). Este sería su tercer reconocimiento por parte de esta asociación holandesa, que lo premió el año pasado lo premió por la serie "Violencia post-electoral en Kenia", y que en el 2007 lo hizo por su instantánea que mostraba a una mujer muerta en una calle de Guatemala. "Se llamaba Maira y tenía 42 años. Lo que más me había impresionado había sido el ensañamiento con el que la habían matado. Le habían pegado 16 disparos".
Por eso, el jueves 25 de marzo, te presentamos un nuevo reportaje que le habíamos hecho a Astrada. A diferencia del repo anterior, en este nos pareció más interesante avanzar en sus sentimientos por los que fotografía y si eso lo afecta, ya que está tan cerca de dolor.
También, en el blog Mala te mostramos todas las fotografías de la producción sobre la violencia de género en Guatemala y la palabra de Astrada, contándonos lo que sintió allí, que tuvo que ver con su primer premio.
1. Por qué creés que la agencia agencia AFP decide enviarte a Madagascar?
Cuando comenzaron los problemas en Madagascar, la AFP consiguió fotos de un fotografo free lance que estaba viajando alli.
Pero resultó que la crisis entró en una estapa más tranquila, y larga, y el fotógrafo no pudo quedarse. Así que la AFP decidió enviar a un fotógrafo por si pasaba algo, y me preguntaron si podía ir.
Yo tambien soy free lance, pero estando con gastos pagos por la agencia, así que pude quedarme viendo como la situación se iba desenvolviendo, aunque nadie podía preveer que pasaría lo que pasó el 7 de febrero.
Me refiero a los disparos de armas de fuego a sangre fría sobre manifestantes desarmados.
2. Muchas de las fotos parecen sacadas desde muy abajo. Cómo trabajaste?
Cuando comenzaron los disparos, traté de correr para cubrirme, mientras iba haciendo fotos, ya que pensé que los disparos eran al aire.
Mientras corría para cubrirme y desde ahí fotografiar, no pude hacer más que dos metros y ya que comencé a ver personas con disparos en la cabeza y a la gente que corría que era alcanzada en la espalda, piernas por los disparos.
Así que decidí quedarme donde estaba y comenzar a ser fotos desde donde estaba a lo que tenía a mi alrededor, mientras los disparos seguían.
Tuve mucha suerte de no ser alcanzado por los disparos.
3. A la hora de elegir, cuando los hechos se dan a tanta velocidad, cómo sabés a dónde hacer foco?
El foco y la exposición, es algo que debes tener controlado, me refiero a que son parametros que no tienen que estar ocupandote los pensamientos si se supone que eres un fotógrafo profesional. Y la verdad que estaba mas preocupado por los disparos que por el foco.
Y desde la posición que estaba trataba de fotografiar lo que pasaba. En una situación como esas creo que el secreto es tratar de, aunque estés muerto de miedo como lo estaba, mantener la calma y fotografiar lo que puedes.
4. Después de un riesgo real de tu vida en estos trabajos, qué sentís cuando esas fotos no se publican?
Me sentí muy triste, ya que la situación fue muy violenta, podría haber muerto y aunque las fotos fueron distribuidas a todo el mundo a través de la agencia, las fotos no fueron publicadas más que por unos 10 diarios o revistas.
Básicamente, confirmé la triste realidad, que hay ciudadanos de países de primera y el resto. No imagino tan poca publicación de la historia si las 28 personas asesinadas y las 212 heridas, fuesen de algun país europeo, Estados Unidos o algún país al que valga la pena catalogar que no respetan los derechos humanos.
5. Trabajaste sólo a diferencia de otras veces, donde a veces es el grupo el que decide adonde ir. Cómo sabés cuando decir basta?
Normalmente trabajo sólo, no sólo en este caso. Y las veces en que hay grupo, trato que el grupo no decida lo que hay que cubrir, sino que trato de buscar lo que creo que hay que cubrir.
El basta, en este caso se dió, luego de tener las fotos de la masacre, con el miedo de ser arrestado o que mis cámaras fueran confiscadas y que, al ser el único fotografo trabajando para una agencia de noticias ese día, no pudiese mandar las fotos y que la historia sólo fuese contada a través del texto.
Pero el basta se acabo, cuando terminé de transmitir y me había asegurado que las fotos habían llegado a París, así que volví a la calle a seguir trabajando, lo que hice por los siguientes 9 o 10 días.