Junio, todos los junios, éste 7 de junio
(Por Norberto Baruch Bertocchi) Por lo general, el festejo de una fecha se convierte en algo tan abstracto que uno termina no sabiendo que festeja. Desde que uno es chico, le enseñan a honrar a supuestos patriotas que hicieron cosas en la historia para todos, pero uno no siempre alcanza a saber en verdad sus razones o conveniencias personales.
Cuando uno es adulto, o algo parecido, tiene que decidir por una profesión o oficio terrestre que le dará fama, dinero y felicidad. Yo creo que sólo he encontrado lo tercero. Pero nunca había asociado mi profesión con una fecha coloreada en algún almanaque. Ni cuando se me ocurrió estudiar lo que se me ocurrió estudiar, para bronca de mis viejos. Ellos querían a un abogado y yo les dí un periodista, yendo en contra de algún mandato familiar, sin explicación familiar aparente.
Pero seguro cuando elegí estudiar periodismo nadie pensaba en ésta como profesión de moda. En los ochentas a nadie se le ocurría semejante oficio para trascender o para ganar plata.
El lunes que viene será 7 de junio y esa fecha recién ahora significa algo para mi. Soy periodista desde 1984, cuando empecé a escribir en la revista independiente El Porteño. En junio de ese año publicaba mi segunda nota de tapa. Junto con Rolando Graña habíamos descubierto el cuartel general de un grupo nazi que se mantenía en la clandestinidad.
Pero ese mes fue especial para mi, ya que volví a trabajar en lo que sería mi tercer nota de tapa. Ahora la cosa tenía que ver con lo que en aquel momento ciertos diarios importantes trataban de instalar en la cabeza de la gente. Nuevamente el rumor de golpe de estado, de la necesidad de cambiar el rumbo, justo cuando la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) estaba por emitir el informe que se conocería como Nunca más. En ese junio de 1984 salimos con una portada poderosa que le daba una vuelta de rosca al tema del Golpe, mi segunda nota de tapa.
En junio también, pero de 1985, empecé a escribir en la revista Humor Registrado lo que después se convertiría en parte de mi segundo libro, La Cara Civil de los Golpes de Estado (Editorial Galerna, 1988).
Mi primer libro sobre Las Universidades Católicas de Argentina (Biblioteca Política Argentina, Centro editor de América Latina, 1987) también salió en junio.
Pero recién este año creo que voy a entender un poco más lo que quiere decir ser periodista. Este lunes 7 se recordará nuevamente la fundación de La Gazeta de Buenos Ayres, semanario creado por Mariano Moreno a pocos días de finalizada la Revolución de Mayo. Esta primera experiencia de periodismo independiente es la que marca la fecha que se ha elegido en nuestro país como "Día del periodista". A Moreno, para muchos el alma de la Revolución, no se le ocurrió mejor idea que definir a su publicación con la siguiente frase: "Felices tiempos aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente". Eso es para mi la mejor reducción conceptual del periodismo. Eso es, para mi, el diario Crítica de la Argentina.
Por eso, este lunes 7 de junio, a las 13.30, todos a la puerta del diario (Maipú 271) a pelear por lo que es nuestro, para volver a sentir lo que se quiere y decir lo que se siente, como decía La Gazeta.