Se viene Orbyt… pero ya vamos hablando
(Fotografía de El Norbi)
(Por Dolores Pujol) El lunes 8 podremos entrar a mirar con nuestros propios ojos qué es Orbyt, la nueva plataforma digital de contenidos pagos de El Mundo de España. Mientras esperamos, algunas reflexiones previas.
La razón que lleva a El Mundo a embarcarse en esta nueva propuesta digital es una sola, y bien concreta: encontrar el modo de que los lectores online estén dispuestos a pagar por contenido en lugar de seguir consumiéndolo gratis como hasta ahora. (Un punto que hoy es clave para los medios, desesperados por encontrar un modelo de publicación online que compense los ingresos que están perdiendo en su modelo impreso tradicional a medida que decrece la circulación de periódicos).
El problema sigue siendo que, en Internet, todos parecemos ser avaros. Nos acostumbramos Así que el reto que enfrente Orbyt no es nada fácil: según la última encuesta elaborada por Nielsen, ocho de cada diez internautas no están dispuestos a pagar por acceder a una página web y un 79% dice que dejaría de visitar un sitio si se le empieza a cobrar por ello (la idea que subyace es que siempre habrá otro lugar donde encontrarla lo mismo –o similar– sin tener que pagar nada a cambio). La buena noticia que arrojó el estudio es que los consumidores no están cerrados del todo a desembolsar dinero… siempre y cuando estén convencidos de que vale la pena hacerlo. En este sentido, la clave parecen ser los “micropagos”: un 52% apostaría por pagar pequeñas sumas por contenidos concretos y sólo el 43% pagaría una suscripción completa que dé acceso a todos los contenidos de una web.
Ahora bien, ¿cuál es la propuesta que trae Orbyt para convencer a los lectores de pagar 14,99 euros al mes?
Bueno, en primer lugar, han aclarado que en lugar de intentar cobrar por lo ya ofrecen en www.elmundo.es (que seguirá siendo abierto y gratuita como hasta hoy), se han decidido por crear un nuevo producto que complementa esa oferta y que busca captar a los suscriptores del papel que han adoptado el hábito de informarse también online. Aquí surge una primera reflexión: la gracia no es conseguir que los que pagan por recibir hojas impresas en su casa pasen a pagar por leer contenido digital, ya que en ese caso sólo estarían haciendo una conversión de ingresos que hoy reciben del negocio impreso hacia el negocio digital. El problema de fondo es que cada vez más personas dejan de comprar periódicos, por ende dejan de pagar, y se vuelcan a consumir contenidos gratuitos. Si Orbyt sólo captura a los actuales suscriptores del papel, la ecuación no cambiará mucho. El desafío, desde mi punto de vista, pasa por enganchar a los que no pagan nada en ningún lado: ni en la web ni el mundo tangible.
Una reflexión final: ¿salvará Orbyt a los periódicos? En realidad, la pregunta está mal planteada. La cuestión de los formatos es una discusión distinta (un periódico online es otra cosa muy distinta –o debería serlo– a un periódico impreso… que usemos el mismo nombre para denominarlos es sólo costumbre o falta de nuevos nombres, y esto tal vez mute con el tiempo). Lo que en verdad subyace en esta pregunta erróneamente formulada es lo siguiente: ¿salvará Orbyt los ingresos que El Mundo está perdiendo y se convertirá en una nueva fuente de dinero? (Porque, seamos sinceros, lo que quieren salvar son los euros, no el periódico… la nostalgia por el papel y la tinta, que muchos compartimos, dejémosla para otro momento).
Para arriesgar una respuesta a este interrogante reformulado habrá que esperar hasta el lunes.