Los premios de Clarín
(Por Pablo Loscri) Asistir a la cumbre de infografía Malofiej siempre es un placer. No sólo para tener un panorama actualizado de las cosas que se están haciendo en el mundo y escuchar a sus responsables, sino también para reencontrarse con viejos conocidos o para conocer nuevos. Siempre es enriquecedor el contacto con otras personas de una misma profesión independientemente de lo grande o chico que sea el medio o el país de procedencia.
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En Clarín tomamos al concurso como una instancia más de feedback. Sin embargo nuestro primer jurado son los lectores, con ellos aprendemos qué tan eficaz es nuestro trabajo cotidiano, qué cosas funcionaron, qué cosas no y en base a eso avanzamos hacia nuevas formas de comunicación. En Malofiej obtenemos la visión de los especialistas, es un espacio que sirve para verificar cómo ven otros profesionales lo que hacemos.
Pero principalmente Malofiej es para mi un lugar de acumulación y crecimiento, allí se recibe la producción anual de muchos medios, se la evalúa, se la exhibe y se la compila en forma de libro. Y gracias a eso todos podemos ver, criticar y admirar la producción de ese año y así situarnos en relación a los demás y fundamentalmente avanzar a partir de ahí. Y aunque es una historia escrita por vencedores y seguro que en el camino quedaron cosas que hubieran merecido la pena ser vistas, no deja por eso de ser un espacio válido para nuestra disciplina. Por eso creo que lo mas saludable es entender a Malofiej como eso: un concurso, donde la evaluación la realizan individuos calificados pero con criterios propios, que definen qué está bien qué está mal en base a su visión de la actividad. Y, por cierto, hay tantas visiones como individuos.
Este año en Clarín recibimos 11 premios convirtiéndonos así en el diario impreso que mayor cantidad de medallas recibió (aunque no en calidad sino en cantidad). Esto innegablemente tiene un efecto muy motivador para todo el equipo de trabajo ya que supone un reconocimiento al esfuerzo realizado por todo el equipo durante todo el año. Pero esto no ocurre siempre, hay años que recibimos menos y otros que recibimos mejores pero igual seguimos participando y asistiendo porque nos parece que de esta forma aportamos lo nuestro para el crecimiento de esta profesión.
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La cumbre 2008 tuvo de todo, particularmente me pareció muy interesante la charla de Michael Robinson (The Guardian) no sólo porque los gráficos del Guardian mejoran año tras año sino también porque fundamentalmente habló de diseño, algo muy poco habitual en las charlas de infografía y que me parece necesario ya que el diseño gráfico (o mejor dicho el diseño en comunicación visual) en su articulación con el periodismo tiene mucho para sumar al campo de la infografía periodística. Los saberes propios y profundos de una disciplina como la comunicación visual creo que son imprescindibles para la realización de cualquier tipo de pieza comunicacional que involucre problemáticas de la imagen, incluida la infografía. En Clarín de los siete infógrafos que integramos el departamento actualmente, cuatro somos diseñadores. Además tenemos dos pasantes que también provienen de universidades de diseño y entendemos y realizamos las infografías desde ese lugar disciplinar.
Reflexiones aparte y volviendo a los premios hubo este año una buena cantidad de premios (creo a ojo que fueron más que otros años) lo cual nos dará la posibilidad de ver más cosas en el próximo libro. Buenas, malas, regulares pero más. Debo decir que en particular la medalla de oro que recibió National Geographic por un portafolio de gráficos fue a mi entender lo mejor del certamen y todo hace suponer que el flamante departamento de infografía que formaron no hará otra cosa que avanzar en esta dirección. Por otro lado la sorpresa del concurso (grata por cierto) fue el recién salido periódico español Público que en su corta vida obtuvo una muy buena performance obteniendo incluso una medalla de oro. Y que independientemente de los galardones, la aparición de un nuevo diario que apueste tan fuerte a la infografía y al diseño es estimulante para todos. Yo no sé si la infografía salvará a los periódicos, ni siquiera a los recién salidos, pero me oriento a pensar que por lo menos está en condiciones de resolver algunos de los conflictos que hoy atraviesan.
En resumen esta edición 2008 de los premios Malofiej estuvo muy bien y más allá de lo simbólico de las medallas, creo que la existencia de estos concursos internacionales, actúa como un elemento innegable de motivación para quienes trabajamos en esto. No sólo por la gratificación eventual de ganar algún premio, sino por la posibilidad de seguirle el pulso a esta disciplina, ver y cotejar otros trabajos y, en suma, mejorar la calidad de lo que hacemos. Y ése, quizá, podría ser el premio mayor.