Exclusivo: La infografía al poder

Ayer, en un canal de noticias argentino reprodujeron el debate Zapatero-Rajoy. Se decía que era un debate del primer mundo y que toda la clase política debería verlo para aprender cómo se debaten ideas.
Cuando se produjo el debate, hace unos días en Madrid, 13 millones de personas lo vieron. Y uno de los puntos más interesantes fue que tanto el candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, como el del PP, Mariano Rajoy, blandieron sus grñaficos como si fueran espadas en un duelo. Una semana antes se habían enfrentado con las mismas armas los responsables económicos de los dos partidos. Juantxo Cruz, redactor Jefe de Infografía del diario español El Mundo, nos propuso esta nota que a continuación reproducimos en exclusiva.

(Por Juantxo Cruz de Landazuri)Estos son los diez consejos útiles para candidatos:
1. Muestre pocos gráficos.
Pedro Solbes mostró tres gráficos intercalados adecuadamente durante su intervención. Pizarro mostró dos.
En el debate entre Zapatero y Rajoy, el primero mostró cinco gráficos, mientras que Rajoy enseñó 4.

2. Despierte al público cambiando el discurso hablado por uno visual.
El debate económico duró una hora. El momento de los gráficos agiliza el debate y hace que el observador despierte, especialmente en un debate económico. Por tanto, el momento gráfico es importantísimo en este tipo de debates.

El debate político entre Rajoy y Zapatero duró dos horas y se mostraron 9 gráficos en total. Los gráficos se mostraron en momentos precisos, quizás hubiese sido más efectivo haber estructurado más los momentos, por ejemplo un gráfico cada 20 o 25 minutos para romper la dinámica del debate.

3. Dirija los gráficos al público.
En el debate económico, en el que los candidatos estuvieron de pie ante un atril, Pedro Solbes se erigió en modelo de presentador estadístico para el futuro candidato. Expuso sus gráficos por delante de su cara, a la altura de su hombro y durante unos diez segundos sostenidos. Contundente.
En cambio, Manuel Pizarro fue un auténtico desastre de presentador. Su primer gráfico lo movió de izquierda a derecha y en ningún momento centró la imagen en la cámara. La toma que más tiempo estuvo en pantalla, apenas duró segundos, mostraba el gráfico de lateral sin dar opción al televidente a ver siquiera de qué iba la gráfica. Parecía que ni el mismo se creía lo que estaba mostrando.

Mariano Rajoy fue un desastre presentando los gráficos. No había estudiado los planos de cámara y se le quedaron fuera de plano en alguna ocasión (ver Rajoy1). En cambio Zapatero, sí estudió el plano. El problema era el siguiente: ¿cómo encajar en el plano estando sentado unos gráficos que estaban anillados en una carpeta?. Solucionó bien el problema, echándose a un lado y aprovechando el espacio que dejaba la mesa para pasar las hojas frente a la cámara (ver Zapatero 1).


4. Aunque queden más ordenados, no utilice una carpeta para contener los gráficos.
Las anillas, las grapas u otros objetos para agrupar las hojas incomodan al presentador. Le paso a Zapatero, pero solucionó bien el problema, como se ha visto en el punto anterior (ver Zapatero 2).


5. Escoja gráficos sencillos y claros, inteligibles de un sólo vistazo.
Pedro Solbes llegó a mostrar un gráfico icónico realizado con las banderas de los países involucrados. Se trataba de las previsiones de crecimiento de varios países de la UE. El televidente enseguida captó el mensaje: España está por encima del resto, no hay lugar para dudas.
Manuel Pizarro contrarrestó con una gráfica de fiebre muy difícil de entender a primera vista. Para colmo, empezó a señalar con el dedo por encima del papel, lo que restaba visibilidad a la gráfica.

En el duelo entre Zapatero y Rajoy, la cosa estuvo más igualada. Los gráficos estaban bien preparados. Rajoy tituló mejor sus gráficos (ver Rajoy3, 4), mientras que los gráficos de Zapatero parecía que no tenían título.



6. No mire el gráfico, usted ya se lo sabe.
Solbes puso los gráficos por delante de su cara, el ya lo sabía, no hacía falta que lo mirase.
Pizarro se hizo un lío intentando mirar el gráfico mientras lo mostraba. Resultado: ni lo miraba ni lo mostraba. Un ejercicio imposible de contorsionismo visual.

Zapatero estudió la situación, como se ha visto, y apartó una solución muy práctica para mostrar los gráficos.
Rajoy no supo mostrar los gráficos a la cámara. Los movía, se le salían del plano, intentaba mirarlos mientras hablaba al público.

7. Búsquese una empresa profesional que ejecute los gráficos.
Si Pedro Solbes fue el autor de los gráficos, merece un Malofiej 2008. Claros, simples, sencillos y directos. En estos debates, da igual si los datos son verdaderos al 100%, lo importante es que lo parezcan.
Manuel Pizarro sacó unos gráficos que parecía que los había realizado en Power Point unas horas antes del debate. Los típicos gráficos de gabinete de prensa, pesados y aburridos.

Los gráficos de Zapatero estaban muy bien ejecutados, con colores rojos y azules, marcando las diferencias. Les faltó un titular contundente.
Los gráficos de Rajoy fueron más persuasivos, jugando con dos o tres datos, con un titular claro y grande que centraba el tema del que se hablaba.

8. Cuando vaya a mostrar un gráfico, llame la atención de alguna manera al realizador para que busque la cámara más idónea.
Pedro Solbes, con una actitud firme, colocando durante varios segundo el gráfico frente a la cámara se comió a Pizarro que pasaba las páginas para si mismo.
Zapatero, con la técnica de la carpeta, llamaba la atención del realizador y encontraba el plano enseguida. Rajoy enseñó los gráficos por sorpresa, sin previo aviso, lo que hizo que algunos planos se perdieran.

9. Mantenga el gráfico durante varios segundos en pantalla.
Solbes lo hizo, pero el resto no.

10. Ensaye ante el espejo cómo va a mostrar sus gráficos.
Lo dicho, Pedro Solbes debió hacerlo, o, al menos, tuvo detrás a alguien en algún momento de su dilatada vida política que le enseñó a hacerlo. Y triunfo gráficamente por goleada. De Zapatero se puede decir lo mismo. Acertaron los dos en los tiempos de muestra del gráfico ante la cámara.