Las portadas del día después
Página/12 se jugó a poner la tristeza de los hinchas, de los argentinos, en un primer plano. La foto principal no fue (como era previsible y casi todos cumplieron) para los jugadores ni tuvo como telón de fondo un estadio alemán. Una postal porteña para resumir el dolor de un país.
Olé se vistió de luto y embanderó su logo de celeste y blanco. El contraste del titular con la foto duele: apenas Heinze se mantiene en pie, los demás están de rodillas. Paradojas de la palabra y la imagen. Su hermano mayor, Clarín, también apeló al celeste para nombrar a nuestro país y se propuso tratar de olvidar las piñas y empujones del final.
La Nación no pudo con su genio o su tradición y armó una tapa con un titular que no llega al alma. Se queda lejos. Igual, estamos todos tristes.