Exclusivo: El hombrecito de jengibre tiene dientes
El tradicional Gingerbread Man, tan común en las mesas navideñas norteamericanas, tendría escondidos, debajo de esa sonrisa cuasi falsa, unos 32 dientes, incluyendo las muelas del juicio. Por lo menos eso se desprende de la obra pop del norteamericano Jason Ralph Freeny, amigo de la casa.
Primero fue un perrito hecho con globos, Balloon Dog, con su línea de tiempo. Después su Anatomie Gummi Bär, con su poderoso sistema nervioso que no es otra cosa que un osito realizado con esa goma masticable. Estos fueron sus primeros intentos por acercarse a ese mundo infantil que él reconoce que lleva adentro. Luego de hacer a un hombrecito de Lego, con su línea de tiempo totalmente visual en la parte inferior como como su Balloon Dog, se metió con Kitty.
El artista nos contó, en su momento, que buscó documentación médica sobre la anatomía femenina para no equivocarse a la hora de utilizar recursos cercanos a la infografía. No olvidemos que los anteriores, a pesar de de ser fantásticos e inexistentes (un osito masticable, un perro hecho con globos y un muñeco de Lego), no debían perder sus características de típicas de género. Pero ahora no se meta ni con un animal macho ni con una gatita, sino con una galletita. Si, este martes, el norteamericano Jason Ralph Freeny nos contará cómo convirtió al Gingerbread Man en un organismo cuasi humano, con órganos reproductivos bastante desarrollados.
Y para conocer a Kitty, entrá ahora a Chillart.