Último momento: La Gira Infográfica empieza en Venezuela
Ayer te dijimos en Visualmente-Edu que en pocos días te pensábamos contar por dónde vamos a girar este año con nuestro taller de infografía de autor. Es que estamos armando una vuelta bastante grande que incluye varios países de latinoamérica. Mientras armamos éste itinerario, te adelantamos que el primer país donde estaremos es Venezuela, en las ciudades de Caracas y San Felipe. Ahora te contamos un poco de lo que vamos a hablar.
Hoy sigue existiendo una separación en el pensamiento impreso. Es que la invención de un herrero alemán llamado Johannes Gutenberg hacia el año 1450 estableció una dependencia exagerada del lenguaje basado en las palabras.
El pensamiento líneal de una cosa a la vez le ganaba la batalla al pensamiento visual de todo de una vez. Entonces, en las redacciones, los recursos visuales terminaban siendo recursos de emergencia, sin previsión, y esto era porque (1) el periodista no había encontrado la información que había prometido o (2) porque el recurso fotográfico no había sido explotado como debía. Esto ocurría antes y vuelve a ocurrir hoy, por responsabilidad editorial y, lo peor, por culpa de los propios responsables visuales de los diarios.
En realidad, el infógrafo-ilustrador-fotógrafo-diseñador, al ser la última persona que interviene en el hecho no llega a procesarla desde un principio correctamente, ya que no maneja los mismos niveles de información. Esto hace que el lector pierda una buena posibilidad de ver una comunicación integrada.
Así nos encontramos con ilustraciones bonitas, ricas en colores e infografías recargadas de programas de 3D. Si a eso se le suma la irrupción de las computadoras en las redacciones, la escena es aterradora. Con una lluvia de filtros de Photoshop y formas frías de Strata sin alma, la información vuelve a estar en el texto, como antes de las tortas de William Playfair, de fines del 1700.
Muchos de esos artistas aceptaron que su mente sea deleteada por temor a perder una posibilidad de publicar. Pero su brillante intervención superficial termina yendo en contra de su arte. Les interesa más seducir a sus lectores a que miren su bellas líneas, que a darles la información.
¿Quién inventó las fiebres, barras y tortas? La respuesta nos sentará en la mesa del debate. Los primeros diagramas de fiebres, gráficos de barras y tortas se conocieron en 1786, en Londres. Ya nadie puede negar la importancia que han tenido estos inventos para la mejor comprensión de la información. Pero esta invención iluminó el mundo inexpugnable de los números.
Cuando en 1786, el dibujante escocés William Playfair inventó el diagrama de la fiebre, el gráfico de barras y el gráfico de torta, no buscaba lograr una estética interesante. Él demostró que la visualización de números y estadísticas era un buen método para ayudar a la gente a entender su significado.
Hoy, el infógrafo debería desempeñar un papel más importante en el proceso comunicativo que el que tiene hoy en las redacciones. Ese periodista visual se encuentra en el centro de «una explosión de información», como sostenía el norteamericano Nigel Holmes.
Pero esos datos, que aún no se han convertido en información, deberían aceptar una traducción más creativa, más cercana a la gente y no tan cerrada, sólo entendible por los colegas. Muchas veces, el infógrafo trata de demostrar su erudición para ser respetado por los periodistas, históricos dueños de la pelota (en términos futboleros de la calle). Pareciera que los infógrafos no han podido todavía salir de su baja autoestima para animarse a hacer periodismo visual de verdad. Esa transformación que hizo el periodismo textual de la pirámide invertida y las preguntas que debían contestarse en el primer párrafo de la nota, dieron paso a la nueva narrativa gonzo y más cerca a la del realismo mágico latinoamericano.
Los infógrafos todavía están construyendo la pirámide invertida de los cincuenta, con programas de 3 D, sin importarle el lector, que siente que esa infografía parece arrancada de algún libro de texto de su infancia.
Hoy, la creatividad, el pensamiento lateral y lo lúdico, deberían definitivamente entrar en la redacción y en los departamentos de infografía de los diarios que todavía existen. Porque el periodismo del futuro cercano (la semana que viene) no puede ser html, ni la infografía un simple render de 3D Studio Max.
Para que la infografía se vuelva a encontrar con la gente, viva la infografía de autor.