Exclusivo: Cómo nació la película Toy Story, que acaba de ganar el Oscar
(Así salió publicada la nota, con una ilustración que también hizo El Norbi)
Recién acaba de ganar un Oscar la tercera parte de Toy Story. Su director Lee Unkrich recordó que la película empezó a 10 años con la realización de la primera a cargo de John Lasseter. El Norbi escribió una nota muy larga que fue la portada del suplemento de Espectáculos del diario La Nación, donde él trabajaba. En aquel momento, él contó detalles de la producción que llevaron a que Toy Story fuera el éxito que hoy se lleva el Oscar. Además, en esa nota, él presagiaba algo que después se cumpliría. El Norbi titulo: "Pixar, El Nuevo Disney". Parte de la nota (que se publicó en el diario el viernes 17 de septiembre de 1999) a continuación.
(Por Norberto Baruch B.) En 1991, el director Stanley Kubrick había regresado a su viejo amor: la ciencia ficción. El proyecto se llamaba "Inteligencia artificial", y superaría, en efectos especiales, a su mimada "2001, odisea del espacio". Pero la misión fue abortada, y los guiones fueron archivados: no se podían conseguir los efectos especiales que aparecían en la mente de Kubrick.
Dos años bastaron para cambiar todo. Sólo seis minutos sirvieron. Dinosaurios generados por computadora en una secuencia de seis minutos dibujaron una mueca de alegría en la cara de Kubrick. Esto era real, o era muy parecido a la realidad. A partir de ahora todo era posible, con la ayuda de algún guión descabellado y la complicidad ejecutora de un nuevo software: el RenderMan. Este programa había sido creado por la división de computación de Lucasfilm, la productora de cine de George Lucas. Este departamento estaba dirigido por Ed Catmull y se llamaba Pixar.
Hoy, Pixar Animation Studios es una ascendente empresa que tiene más de 400 empleados y una ambiciosa lista de proyectos cinematográficos en desarrollo. No sólo crea los programas de computación que se van a usar en las películas con efectos especiales, sino que realiza sus propias películas, totalmente animadas en forma digital, sin locaciones reales, ni actores reales, ni vehículos reales.
Su materia está formada, pura y exclusivamente, por luz, y su mundo es el monitor de una computadora. Pero su presidente, Steve Jobs, no padece de mareos cibernéticos como otros fanáticos de las máquinas. "Las computadoras no animan, las personas sí", es su principio fundacional.
En el corazón de Point Richmond, California, se levanta la empresa que creó a Flik y a la princesa Atta, de "Bichos, una aventura en miniatura", que en la Argentina acaba de salir a la venta directa en video, y le dio vida al vaquero Woody y al astronauta Buzz, en "Toy Story", en sociedad con los estudios Disney. "Nosotros tenemos a algunas de las mejores personas del mundo trabajando aquí, por lo que queríamos crear un ambiente en donde fueran capaces de hacer el mejor trabajo de sus vidas", suele sostener Jobs. Y la industria cinematográfica, por lo general, le da pretextos. La criatura de agua de "El abismo" o el cyborg irrompible de "Terminator 2" fueron sendas aplicaciones de sus avances en tecnología digital.
La Academia de Hollywood le ha concedido más de una docena de premios, incluyendo premios Oscar por mejor cortometraje animado a "Tin Toy", en 1989 y a "El juego de Geri", en 1998.
Para decir algo coherente de Pixar es necesario conocer el pensamiento y la obra de este religioso laico de Silicon Valley, lugar desértico donde lo único que crece es la tecnología. El señor Jobs consiguió en 1977 1300 dólares, luego de vender su combi Volkswagen, e inventó una computadora. La llamó Macintosh. En el garaje de su casa creó una empresa (Apple) que a los tres años ya estaba cotizando en la Bolsa. Dos años después, Apple poseía la instalación más grande del mundo para una empresa de computación, y sus ganancias ascendían a 61,3 millones de dólares. Pero, más allá de la cibernética, Steve Jobs no se cansaba de citar una frase del presidente John F. Kennedy que sintetizaba su visión trascendental: "El hombre es todavía la más extraordinaria computadora".
Si la querés leer completa y ver la ilustración original que apareció en La Nación entrá acá, el blog Chillart.