Todo empezó con El Porteño
En el 2006, para esta época, VisualMente preparó un especial sobre el última dictadura militar que asoló a Argentina.
No todas las publicaciones justificaron la dictadura. Algunas demostraron que era posible oponerse. Ese día nombrabamos al galerista Gabriel Levinas, entre los que dieron su testimonio de aquella época trágica de nuestro país. En su breve relato ("Los militares no entendían de arte") quedó afuera una parte importante del periodismo argentino: la revista El Porteño.
Su publicación fue una de las pocas (junto con Humor, donde trabajó también El Norbi, como periodista) que se animaron a enfrentarse a la dictadura militar y que lograron algo único en aquel momento.
Luego de publicar un informe sobre los niños desaparecidos, con las fotos de ellos en la portada, la redacción fue volada en pedazos por una bomba. En poco tiempo se preparó el próximo número, con varias personalidades solidarizándose. Uno de los que condenaba el atentado era, por lo menos, muy llamativo: el escritor Jorge Luis Borges.
Cuando El Norbi comienza a escribir lo hace en El Porteño y la segunda nota que le toca se convierte en tapa. Es sobre el golpe militar del 24 de marzo de 1976 (bajo la atenta mirada del secretario de redacción, Fernando Almirón).
Las firmas de aquella publicación eran un lujo. Estaba Enrique Symns, Eduardo Blaustein, Daniel Molina, Aníbal Ford, Fermín Chávez, Norberto Galasso, Alfredo Moffatt, Enrique Pinti, Alejandro Horowicz, Pedro Casademont, Ariel Delgado y Fogwill, entre otros.
El caso de Enrique Pinti es para recordar especialmente. El actor argentino armaría adelante de El Norbi un monólogo sobre Cómo prevenir el golpe. "Entonces si vamos a empezar a tener esas transgresiones de la memoria, nos va a volver a pasar todo, de nuevo, y lo vamos a merecer. Porque evidentemente acá no vamos a aprender hasta que tengamos un dolor colectivo".
Esa redacción, una de las mejores del periodismo nacional, logró dejar una doble marca en El Norbi. Por un lado, el tipo aprendió que antes que el vil metal está la verdad, materia que le quedó pendiente a su ex compañero Rolando Graña. Por el otro, con la ayuda de gente como Alfi Baldo (jefe de Arte), Eduardo Rey (coordinación) y Daniel Jurjo (fotografía), El Norbi se empezó a acercar a lo visual.