Barack Stone-Rolling Obama
Es interesante las confesiones públicas del artista norteamericano Tim O'Brien. El es el responsable de una de las portadas más queridas de la revista Rolling Stone original. Esa que tiene a un angelical candidato demócrata en su carátula que pide a gritos un par de alitas, bajo un título muy sugestivo ("A New Hope").
En el país norteño, los norteamericanos ya viven a este nuevo candidato como una especie de mesías, que está llegando para librar al pueblo de la decadencia republicana. Y la invención de Jann S. Wenner suma a la hora de construir el mito. Hasta el propio artista que pintó digitalmente a Obama sintió algo especial, como esos artistas del medioevo que debían seguir con el otro mito.
"Hace varias semanas se me encargó pintar Barack Obama para Rolling Stone", comienza su relato de redención. "En virtud del poco tiempo que tenía, logré una versión cálida, robusta de esta nueva fuerza política. En las semanas que siguieron, Obama había aumentado y había obtenido un delegado de plomo que no podría ser superado". Una semana antes de publicar la portada (20 de marzo), se le pidió que modificara cierto líneas cromáticas que ayudarían a angelizar al hombre de color.
Es interesante el papel de la Rolling Stone que, por primera vez, asume como propio a un candidato presidencial que todavía está en una elección primaria.
"He votado a favor de Obama en la primaria de Nueva York", confiesa O'Brien. Luego de hablar de liderazgo, de fuente de inspiración, el artista arremete contra el sistema de políticos norteamericanos. "Durante demasiado tiempo hemos sufrido a los graduados de Yale. Espero que esta nación tenga en Obama al próximo líder que le dará a los norteamericanos esa sensación de que somos uno y que estamos juntos en esto. Somos los que decidimos", concluye.