Exclusivo: Empezando el taller en Córdoba
Como parte de la Primera Jornada Regional de Diseño e Infografía, organizada por la Cooperativa de Trabajo Comunicar, editora de El Diario, y la Universidad Nacional de Villa María, El Norbi (junto los editores de infografía de Clarín, La Nación, Comercio y Justicia y La Voz del interior) realizó un taller de infografía para estudiantes de varias instituciones universitarias, entre ellas la Universidad Nacional de Villa María. Nuevamente, el desafío estaba en la integración del colectivo que, a diferencia de otras experiencias de capacitación, casi la mayoría eran estudiantes de diseño y artes con muy poca formación en periodismo visual. Si a esto se le suma que no existía entre los instructores de la actividad una única visión de lo que es la infografía, la cosa se complicaba un poco más. Ya la discusión se encontró planteada durante las intervenciones previas, donde cada profesional simplemente debía presentarse ante el público que superaba el centenar. Así, Alejandro Tumas de Clarín, Alejandro Bogado de La Nación, Luis Yong del Comercio y Justicia, Juan Colombato de La Voz del Interior, y El Norbi de Tiempo Argentino, delimitaron los bordes de la cancha donde se iba a jugar el partido. Pero más allá de las poderosas intervenciones de los editores de infografía de los diarios Clarín, Comercio y Justicia, La Nación, La Voz del Interior, y Tiempo Argentino, el sentido de las jornadas fue la devolución de la gente. Y la devolución de la gente es muy fácil de obtener en un taller. Porque lo que ellos hicieron con sus trabajos es una segunda forma de descifrar si se entendió o no. Se dice que la primera forma radica en las preguntas. Los estudiantes se reunieron desde temprano en las instalaciones del diario cooperativo esperando las consignas para trabajar y la primera sorpresa no se hizo esperar. La casi totalidad de los que habían asistido en la primera jornada del día viernes fueron de la partida en el segundo día. Luego de recibir los lineamientos para trabajar, todos se dirigieron como en una procesión laica hacia el altar sagrado del templo periodístico. Es que los organizadores no tuvieron mejor idea que armar el taller en las entrañas mismas de la bestia que escupe papel entintado, la imprenta. Por todo esto, los trabajos de los catorce equipos funcionaron como una especie de plegaria elevada a los cielos de la infografía, sin perdón.