Un premio internacional a uno de los pioneros del Diseño de la Información es un buen pretexto para reestablecer el foco de atención en una cuestión que hoy sigue siendo crítica en los periódicos. Después de conocer el pensamiento de Sábat, una columna de opinión que publicamos en el 2003, en García Media.
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El ilustrador editorial Hermenegildo Sábat ha sido galardonado con el Premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI en la categoría "Homenaje". Este premio a la trayectoria que otorga la fundación de Gabriel García Márquez reconoce "la conducta intachable de éste artista frente al poder". Este artista plástico, dibujante, fotógrafo y escritor, oriundo de Montevideo, ha trabajado en "Acción", "Marcha" y el diario "El País" (Uruguay). Desde 1973, hace caricaturas en el diario "Clarín".
Si algo se le puede reconocer al gran "Menchi", además de su honestidad ideológica, es la apertura de mente que tiene. La ilustración que acompaña estas líneas salió la semana pasada y es la prueba palmaria de su gran obsesión por la experimentación, por no ceñirse a ningún recurso plástico a la hora de ilustrar.
Pero, por sobre todas las cosas, esta preocupación por la comunicación lo ubica en el sitial elegido de los pioneros. La periodista del diario "Clarín", Patricia Kolesnicov, le hace un excelente reportaje, donde queda plasmada la preocupación de Sábat por esto que es el Diseño de la Información, que venimos impulsando desde VisualMente.
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- ¿Qué diferencia hay entre trabajar con palabras o con dibujos?
- La redacción es un lugar ocupado por gente que escribe. Una presencia como la mía, de dibujante entre redactores, era algo molesto cuando me inicié, en Montevideo. Entonces, para sacarse de encima al personaje molesto me decían que dibujara algo y empezaban con un lenguaje florido. Y yo repetía lo que me decían. El resultado era calamitoso: no me gustaba a mí, no les gustaba ea ellos, menos le iba a gustar a la gente que lo viera. Es que quien no está acostumbrado a dibujar se maneja con imágenes que a veces no son dibujables. Eso a mí me llevó a dejar mi trabajo y a meterme en la redacción: fui redactor, titulé, saqué fotos, diagramé. Terminé de secretario general de un diario (El País). Así, creo haberme impuesto la necesidad de pensar como periodista. Si no te sometés a esa curiosidad los trabajos van a ser lindos, pero no van a estar integrados como cosa periodística. De no haber pasado por esos años, no podría animarme a hacer el trabajo que hago ahora.