Sus respuestas son como sus ilustraciones, tan austeras, sin desperdicio, como contundentes, que llaman la atención. “Comencé mi carrera profesional como ilustrador”, empieza a contestar y enseguida muestra su lado blindado: “Amo que mi trabajo esté publicado para millones. Como ilustrador editorial también me veo como alguien que resuelve problemas visuales”.
Desde hace cierto tiempo, Baseman viene alternando su trabajo editorial con su carrera de artista plástico. Su caso es uno de los más interesantes para seguir sobre cómo se puede ser comunicador y artista. Por eso, aunque todavía hace algunos trabajos en revistas, su verdadero amor son sus pinturas. Si se lo apura, él contesta marketineramente: “Trato de vivir como un artista múltiple, creando trabajos para todos los medios”.
Trabajar en los medios siempre ha sido difícil, tanto en la Argentina como en los EE.UU. Baseman es una de las tantas víctimas de los editores periodísticos. “Siempre traté de tomarme libertades con mi trabajo en las revistas. Siempre tomo riesgos. Ahora trato de tomar más libertades, dentro del restringido formato editorial.”
“¿Por qué me piden a mí? Porque quieren lo mejor”, dice con sinceridad extrema y carcajada de por medio, para enseguida aclarar: “En realidad, me eligen porque trato de poner imágenes que atrapen al lector y lo lleven hasta el artículo”.