Yo también estuviera en desacuerdo con Javier si no hubiese leído en más de una oportunidad, infografías que me explicaban con lujo de detalles un hecho o acontecimiento en tan sólo 5 minutos; yo también estuviera en desacuerdo con Javier si la infografía o los infógrafos no estuvieran en un constante repensarla y no hubieran avanzado en su técnica, en su investigación, en su estética, en sus posibilidades, en su alcance; yo también estuviera en desacuerdo con Javier si la infografía, la buena infografía, no fuese ese género periodístico en el que convergen otros géneros como la investigación, la fotografía y el análisis, en donde se integran perfectamente la rigurosidad y veracidad de un hecho noticioso narrados magistralmente con imágenes y texto.
Todos los días cuando veo mi diario y leo las páginas de sucesos –que como comprenderán son muchas dada la inseguridad que vivimos- y observo la fotos del banco después que los ladrones huyeron o el cadáver disimulado en el piso (ya los fotógrafos no saben dónde ponerse para una toma original) o la fachada de una finca donde secuestraron a un ganadero, me digo ¡qué absurdo! ¿Los lectores no me agradecerían más que les mostrase aunque sea una hipótesis de cómo fue que sucedió el hecho? La tv e Internet tampoco pueden mostrarlo si quieren hacerlo también tendrían que recurrir a la infografía para ello.
Amanecerá y veremos…