(Por Dolores Pujol) Las denuncias tienen buen rating. Los escandaletes, también.
Aparentemente, algún miembro de la familia López fue censurado por la Asociación 3.0. Y lo denunció a través de un comentario que dejó en este blog. Preocupados, lo invitamos a que contara qué había pasado. Poco sacamos en claro. Salvo que en el blog de 3.0 los comentarios no son publicados directamente sino que un moderador los filtra. Nada más. Una lástima, no pudimos enterarnos qué pasó con los López. Aunque tal vez ellos se decidan a explicarlo en el blog que acaban de crear y en el que aprovechan a cargarnos, convertidos en Dolores Fuertes y Norberto Barud, los creadores del blog Invisible.
Como ya les contesté a los López, para mí una cosa es que haya censura y otra muy distinta es que haya un moderador. Y esto no es para defender a los que están moderando o censurando en 3.0, tan sólo para llamar a las cosas por su nombre y no embarrar la cancha. Más allá de esta opinión muy personal (que un querido periodista amigo definiría como "prurito semántico") , también estoy convencida de que el filtrado o edición se pueden convertir fácilmente en censura. O, peor, pueden ser una forma de ocultar en forma elegante la verdadera intención de convertirse en censor. El límite, a veces, es difuso. Pero muy peligroso.
Por eso, en VisualMente no filtramos ni editamos los comentarios. Y vamos a seguir así. Aunque a cambio de nuestra apertura y de nuestra preocupación por aquellos que son censurados no recibamos más que cargadas. La verdad, me importa muy poquito. Pero yo hago zapping, a este culebrón mal guionado no le regalo ningún punto de rating más.