(Por Ricardo Cervera) 4.30 pm. Acabo de ingresar al diario con la esperanza de que la producción de la foto de la portada haya salido genial. Si no ha resultado voy a estar en problemas, tengo pendientes 8 páginas para cerrar, y revisar otras 8 que quedaron a medio camino, y para colmo solo tengo 5 horas.
5.00 pm. El redactor principal (haciéndola de editor, ya que la editora está de vacaciones) me dice que ya seleccionó las fotos. Las veo y tengo mis dudas...pero están aceptables... las mando a retocar y empiezo armar mi bosquejo.
5.30 pm. Me avisan desde imagen digital (mis queridos amigos, siempre pinchando mis cierres) que la foto no sirve, está granulada y fuera de foco. ¡¡¡No, otra vez no!!! Siempre lo mismo, o la producción está malísima o las fotos están fuera de foco, usualmente lo segundo.
6.30 pm. Saco el as bajo la manga (lo tenía desde ayer): ¿Por qué no una portada tipográfica? Era mi oportunidad para hacer algo diferente ya que la editora está de vacaciones (cuando el gato no está, los ratones se divierten). Los redactores no aceptan, no creen que funcione, bueno, entonces hago las dos portadas. La miran... vacilan... pero les agrada, al director de arte le encanta (fue el único que creyó cuando la propuse).
Bueno, no es la invención de la pólvora, pero resultó. Al Director del diario le gustó, y espero que a las madres lectoras también.
7.00 pm. Portada aprobada, ahora me esperan las 15 páginas restantes, pero eso es otro cantar...
Feliz Día mamá