El diseño de Tentaciones se fue haciendo número a número más atrevido y sus portadas más conceptuales y descubrimos que con Tentaciones de nuestra parte, el nuevo periodismo (el visual y el otro), era posible también en la prensa convencional. La SND reparó pronto en ello y le premió con un Best of Show en 1995.
Desde entonces clones de Tentaciones se difundieron por el planeta. También en España; los 90 vivieron con emoción el nacimiento de suplementos dirigidos a un "target" de entre 18 y 30 años, en paralelo a los grandes festivales de música independiente que vivieron sus años dorados antes del fin de siglo. La mecha se prendió en muchos diarios regionales y en Barcelona: En 1995 nació el chispeante Vang de La Vanguardia, un suplemento en catalán, con un pequeño formato semicuadrado y lenguaje descaradamente juvenil, que incluso incluía una sección fija de crítica y puntuación… de los cuartos de baño de discotecas.
Con un retraso de cinco años, en 1999, El Mundo plantó batalla desde Madrid con La Luna. Rodrigo Sánchez desmontó las leyes del diseño periodístico negándose a aceptar que las columnas de texto tenían que ser simétricas, rectangulares y rectas, dándole la definitiva vuelta de tuerca al uso de los blancos y con titulares enormes y retorcidos y unas excelentes y atrevidas fotos, (sección de moda 'cool' incluída), tan grandes que parecía que para El Mundo el papel era gratis.
Mientras que la creatividad de La Luna aparentaba no tener más límite que una menor paginación en color, Tentaciones se rediseñó en 2001, ofreciendo 32 páginas a todo color con un diseño brillante, pero previsible, tabulado, denso y contundente, de una precisión indiscutible, en el que brilla la edición fotográfica pero en el que todos los elementos quedan bajo el férreo control de la galería de páginas premaquetadas. Más correcto, sí, pero menos sorprendente. En todo caso ya no era lo mismo: tras abrir el camino a los demás, El País de las Tentaciones dejó de ser la única referencia en el mercado y durante casi una década la apuesta de los editores por productos que dieran acceso del público juvenil a la prensa convencional parecía —engañosamente— consolidada y en auge.
Herminio Javier Fernández es consultor en diseño para la editorial Prensa Ibéricay profesor de diseño periodístico en Universidad de Valencia.