Fue una constante. Todos los diarios vistieron sus tapas con la imagen de Benedicto XVI. Pero era algo extraño. Ante semejante mega evento la variedad fotográfica era paupérrima. Parecía que El Diablo había metido la cola y los directores de arte del mundo sólo habían podido elegir entre 6 fotos. De ésas, sólo algunas se alzaron con la primera plana. Una de ellas, tal vez la más usada, fue la que lo encuentra al nuevo Papa saludando, con los dos brazos en alto. Pero la misma aparece sobre un fondo verde (The Des Moines Register) en algunas tapas, mientras que en otras (The Day), el fondo es negro. Otro milagro se reveló ante la humanidad que todavía cree en los diarios. Por ejemplo se manifestó borrando del balcón al cardenal chileno Jorge Medina Estévez, o poniendo nuevamente un fondo negro piadoso en otra donde Benedicto mira de costado a la cámara, apoyado en su báculo.Si fue un milagro o un retoque en Photoshop ya poco importa. La manipulación ya gobierna en el cielo y en la tierra. Amén.