El fútbol, ya se sabe, mueve pasiones y parece que ahora también conquistó a los católicos: la hinchada de Ratzinger festejó con alegría y emoción la goleada infringida a sus rivales más democráticos y aperturistas. El mundo entero reprodujo las imágenes de tan ferviente festejo. No era para menos:
Benedicto XVI no sólo se impuso en un partido decisivo sino que mandó a la tradición reformista inaugurada por Juan XXIII definitivamente al descenso.
(Foto: EFE)