(Acá verás la info más grande)
No hay manera de defender esta infografía. No aporta nada que no se hubiera podido incluir a secas en el cuerpo de la nota. Es el recurso de un editor flojo que lo coloca ahí para ocupar espacio. Es el triste retrato de un hombre que nos mira sin ojos, exponiendo sus entrañas a la luz; el hombre invisible de Welles traspuesto al siglo XXI.
["Los proverbios flamencos" de Breughel]
¡Pero si el diseñador tan solo hubiera tenido un poco de sentido del humor, un poco de ingenio!, se me ocurre. Pues cuando un editor te pide cosas que alcanzan ese grado de inutilidad la solución no debería ser el minimalismo, la solución debería ser el rococó. En vez de la figura solitaria, habría sido preferible un retrato panorámico de toda la escena, un cuadro de Breughel. Un campo moteado con los sesenta espectadores que durante siete horas presenciaron el rescate, además de los bomberos y personal de seguridad correspondientes; cada uno ilustrado con su nombre, edad, educación y empleo (uniendo con líneas las relaciones de parentesco o amistad entre cada uno). Al costado de este conjunto encontraríamos un diagrama de la vivienda —cada cuartos descrito, de igual forma, en silueta— detallando cada mueble, cada aparato eléctrico y producto en la despensa: los enlatados, las galletas, los pollos congelados; además de las siluetas de la familia (estableciendo genealogías y viejas disputas), las mascotas y el programa prendido en el televisor. Hasta llegar, al fin, el óvalo del inválido, descansando en su lecho, anidado bajo una maraña de cobijas, un refugio blanco impenetrable que nos impedirá conocer todos esos males que, la verdad, no son de nuestra incumbencia.
Tal vez esa infografía habría ocupado una plana completa del periódico (y habría tomado cientos de horas hombre para poder realizarla), pero creo que por la mera destreza gráfica, al menos ese número yo sí lo hubiera comprado.