(Por Bender Baruch) Mucho se discute en VisualMente qué es el periodismo y cómo las empresas que venden noticias se preocupan sólo por la primera parte de semejante ecuación, sin importar lo que venden. Hoy, un hecho de violencia vuelve a acomodar las cosas, como ayer, hace 8 años.El 26 de junio de 2002, las fuerzas policiales habían reprimido con extraña violencia y morbosidad una manifestación popular que se venía desarrollando en las puertas de la Capital Federal. Esa represión mataría a los jóvenes Maximiliano Kosteki y Darìo Santillán, en el interior de la estación de trenes de Avellaneda.
A la mañana siguiente el diario Clarín explicaba lo que había pasado, dándole una mano a la hipótesis del gobierno de aquel momento. El presidente Eduardo Duhalde venía sosteniendo la existencia de un brote revolucionario y subversivo, y la necesidad de empezar a pensar en sumar a las Fuerzas Armadas en la represión de manifestaciones populares.
En ese contexto, el diario Clarín tituló ”La crisis causó dos nuevas muertes”, mientras que en la volanta se trataba de ensayar una explicación que, por lo menos, le servía al gobierno. “No se sabe aún quienes dispararon contra los piqueteros”, sostenía esa volanta. Pero ese texto no decía la verdad.
Esos asesinatos habían sido registrados por varios fotógrafos esa tarde, y varias empresas periodísticas sabían, desde un principio, los nombres y apellidos de los policias que habían disparado.
La secuencia que mostraba los asesinatos por la espalda de los dos jóvenes, el traslado y el armado de todo el hecho se publicó al otro día, cuando ya la televisión había adelantado la verdad.
Ayer, un estudiante fue asesinado en medio de una manifestación de trabajadores en Avellaneda. En medio de las acusaciones sobre la autoría de semejante acto cobarde, las principales responsabilidades estarían recayendo sobre cierto sector sindical. Mientras que la justicia todavía no tiene a ningún sospechoso, el diario vuelve a titular con algo parecido a ”La crisis causó dos nuevas muertes”. Hoy, Clarín sostiene ”Kosteki y Santillán y una larga lista de violencia sindical”. Con este título que trata de mezclar la muerte de Kosteki y Santillán con otros hechos donde los enfrentamientos eran entre grupos antagonistas de trabajadores, Clarín trata, como en el 2002, de quitarle responsabilidad al político que hoy nuevamente aparece en el centro de las sospechas, Eduardo Duhalde.