Fue la estrella de las últimas Jornadas Universitarias sobre Diseño de Información, con sus fotos y sus palabras. Con respecto a esto último, lo que más sorprendió fue la humildad del fotógrafo a la hora de contar su experiencia. Sin subirse a ningún lugar, El Trapa contó cosas que no todos cuentan a la hora de tener sus quince minutos de fama. Por todo eso, a continuación, las fotografías del rock y las impresiones del fotógrafo a la hora de disparar.
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(Por Fabián Trapanese) Hice esta serie de fotos ni bien salí del secundario, diría que en los dos o tres años siguientes. Me gustaba el rock, leía todos los números de Pelo y, si bien no era un experto, me interesaba bastante el tema de las personalidades de los músicos.
Cuando comencé a trabajar en el Sí de Clarín, siempre, en los shows en vivo, prefería buscar hacer retratos -en el sentido conceptual de la palabra- de rock en vez de hacer las clásicas fotos de recitales. Me interesaba tratar de plasmar en las fotos algo de la esencia de quien estaba sobre el escenario. Y no hablo de hacer “fotos con mensaje”. Hablo de intentar hacer retratos “en vivo”. Para eso, mi método era simplemente estudiar un poco antes de ir al concierto. Es algo que todos podemos hacer. Tratar de meterse info en la cabeza para luego sentir -sí, sentir- cuál es la mejor forma de retratar a nuestra estrella de turno. Escuchar lo que cantan. Qué caracteriza a la banda? Buscar data previa al show. Hay problemas entre los integrantes del grupo? Sabemos si mostrarán algún elemento escenográfico? El líder suele ir -o irá- vestido de tal manera? Convengamos que a veces se puede hacer esta previa y a veces no. Pero cuando se puede y lo hacemos bien, los resultados están garantizados.
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Esta foto de Baglietto fue tomada en aquellos tiempos donde le cantaba a Mirta, quien no lo esperaba al salir de la cárcel, luego de tres años a la sombra. También tenía un tema muy triste en donde le cantaba a su niño no nacido. Muy fuerte. De hecho, su primer disco se llamaba “Tiempos difíciles”. Baglietto era un tipo sensible, sufrido, gentil, campechano, con una extraña voz agradable y, con su pelo lacio y largo tenía hasta algo de Jesús de Nazareth. Bueno, esta foto me pareció que retrataba aquel momento de su vida.
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Federico Moura siempre me pareció un tipo de esos que dominaban el escenario desde un plano muy histriónico. Algo así como nuestro Bowie local.
Virus tocaba en el Ópera y me había puesto el objetivo de hacer una foto que tenga música. Una foto que pertenezca a un tema específico y a una frase específica de la letra. En otro recital había visto que cuando cantaba “Soy moderno, no fumo” el público de la platea le tiraba al escenario cientos de cigarrillos sin encender. Esa era la foto. Para cumplir con mi objetivo, tenía que hacerla en el momento exacto en que decía “…no fumo más” y la gente le tiraba los cigarrillos. Aquella noche no pude hacerla. Pero sabía que tenía una segunda oportunidad. Fue al comienzo del tema “Sentirse bien”, justo en la primera estrofa. Cuando dieron los acordes del inicio de la canción, preparé mi querida Canon F1 sin motor e hice esta foto en el preciso momento en que Federico cantaba “El cerebro hay que masajear…”
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A diferencia de Baglietto, Fito Páez era pura energía en el escenario. Eran épocas en que llevaba pelos largos onda Lennon y un cuerpo flaquito que saltaba y se movía de acá para allá por las tablas. Quería hacer una foto que contara su pasión al cantar. El resultado me gustó mucho.
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Luca, para mí, era uno de los tipos con más polenta sobre el escenario. La primera vez que lo ví fue en un show muy chiquito en el mítico Einstein Bar de la avenida Córdoba, adonde siempre llegaba caminando, tranquilo, cargando su guitarrita y te ponía un show que no te lo podías creer. Esta foto fue hecha más tarde, cuando Sumo ya era “una banda demasiado poderosa”. Eso es lo que quise dejar grabado. El poder. La fuerza terrible del pelado y la concentración de Mollo, atrás, en la misma foto pero que a su vez podría ser otra.
El jueves será la segunda entrega, con las fotografías de Pat Metheny, los Cadillacs 57 (hoy Fabulosos Cadillacs), Patricia Sosa, Pappo y la germana Nina Hagen.