¿Cuantos avisos publicitarios de esos en blanco y negro que me pagaron la humilde colación de estudiante pobre de diseño fueron concebidos con la vieja y querida Cooper Black?.
Graciosa, imponente, dinámica, acogedora, me recuerda a las gordas de Botero.
A fines de los setenta, mi preferida para hacer destaques en revistas juveniles, por supuesto pegoteadas con Letraset.
Como verás le tengo un cariño entrañable, la Cooper me acompaño en los primeros pasos que di en el Diseño de la Información
¡Si! las cosas por su nombre, honor ahora y siempre a la gloriosa Cooper Black.