30.6.10
Especial De Lorenzi: "Cuando empecé a serle descaradamente infiel a la Helvética"
(Por Miguel De Lorenzi) Corrían los finales de los años 60 y mi temprano matrimonio con la Helvética ya había entrado en crisis. Harto de su frialdad empecé a hecharle el ojo a una gordita casi adolescente que me tenía loco. Se llamaba Cooper Black, pero por más que la cortejara no accedía a mis intentos de seducción. Enfermo por los rechazos me conformé con una tía vieja de la Cooper: la Goudy Black. Con ella como protagonista hice un poster de 148 x 110 cm para los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba, Radio Universidad y Canal 10. Empapelamos toda la ciudad de Córdoba todavía asolada por afiches hechos de taquito en las imprentas de tipos sueltos. Mi novia trampa se lució.
Me hacía pata para nuestros encuentros furtivos un amigo serigrafista que recortaba pacientemente la plancha de laca para transferir a la seda del stencil.
Finalmente tuve una cita con la protagonista de mis desvelos: la Cooper Black. Debo señalar que mis encuentros con ella no eran fáciles. Ya estaban las letras transferibles Letraset pero en las librerías de Córdoba no había variedades. Para mis infidelidades debía dibujar yo mismo las fuentes, copiadas de las revistas extranjeras que lo usaban. Rescato de mi archivo restos de esos dibujos a pincel y tiralíneas (la Mac y el Fontographer ni los soñábamos). Lo que se ve abajo es de una prima de la Cooper con la que también coqueteaba, la Windsor.
Ya perdido por la Cooper hice un afiche donde le demostraba todo mi amor en fluo sobre negro. Era un afiche para ballet. El comitente me señaló que no le parecía una letra ni un color adecuados para el espectáculo. No me acuerdo que argumenté pero logré imponer a mi amada.
Ya dueño de su cariño hice algunas piezas donde moldeaba a mi gusto su belleza.
En el colmo, cegado por mi amor en torno de sus encantos hasta hice una inadecuada cabecera para una revista de deporte.
¡Ay Cooper, que grande fue nuestro amor!. Debieras saber que siento celos verte rejuvenecida, entregada a otros diseñadores.