Debemos hacer que el lector le dedique más de 4 segundos a la contemplación de la cubierta. Si es necesario démosle 4 minutos. Y, si es posible, démosle toda una vida para pensar en ello y que trate de averiguar que es lo tratamos de contarle.
Entretenle. Juega con él. Distráele. Confúndele. Mécele. Házle disfrutar. Él te lo agradecerá y, a cambio, se quedará contigo y se leerá el interior del suplemento. Que es lo importante.
Por cierto. Esto no es una portada, es un cartel. las portadas se tiran al día siguiente o envuelven pescado. Los carteles se quedan pegados en las paredes. Ole tus huevos y ole al rabito de la cabecera
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A continuación, las 9 que faltan: