Primero se asustaron en la Bombonera. Después se asustaron en su propia casa. Es que Boca Juniors mete miedo. No pudieron los 11 del Cruzeiro ni su torcida de 70.000 almas.
Ni hablar del susto que se pegó River Plate el domingo pasado. Boca sigue sus días de gloria, después del Superclásico y la clasificación que acaba de lograr en el mismísimo Mineirao.