Todo empieza hace dos años. Un nuevo equipo directivo se hace cargo del diario y con él soplan poderosos aires nuevos repletos de ideas. No se trata de derruir lo que hay sinó de implementar, reformar, acrecentar y conducir al diario por nuevos caminos expresivos. Ir más alla en las formas comunicativas para acercar el producto aún más a su lector y esto pasa por jerarquizar de diferente manera los contenidos del diario primando los temas más cercanos, tanto a nivel de contenidos, como a nivel gráfico. Esta voluntad conduce a una importante apuesta que es la que atañe a este artículo: el diseño.
El Periódico de Catalunya ya nació con una imagen diferente y voluntad de ser un medio popular.Durante sus 30 años de vida ha roto un montón de esterotipos convirtiéndose en modelo y objeto de copia. Dos rediseños de Toni Casas y continuados rediseños de baja intensidad, pero permanentes, han hecho del diario un medio en contínuo movimiento. Fue el primero de España en tener color, utilizó y utiliza masivamente la infografía, como género periodístico y como marca representativa, ha primado la calidad de imagen y la edición gráfica y su equipo de fotógrafos ha crecido permanentemente en cantidad y en calidad.
Ahora, además, hay una apuesta valiente por utilizar este rico patrimonio con objetivos arriesgados buscando nuevas conquistas gráficas pero primando sobre los contenidos y sobre la estética, la simbiosis de ambos: conseguir imágenes que estén diciendo cosas y que lleguen a su destinatario de forma impactante. Para obtener esto utilizamos muchas fórmulas visuales. Pero para no cansar más sólo les voy a hablar de las que más alegrías nos han dado en los últimos tiempos: las portadas.
Existen, simplificando, dos tipos de portada: las convencionales y las monotemáticas. Estas últimas proponen un tema importante, de debate, de impacto, de actualísima actualidad. Huyen del síndrome portada arrevistada, como sí utilizan Libération, The Guardian o The Independent y se proponen informar al mismo tiempo que conseguir hacer reflexionar y en definitiva editorializar gráficamente mediante el apoyo tipográfico, fotográfico o infográfico.
En el pasado congreso de Viena, cuando nuestro actual director de arte Ferran Grau hablaba de éstas y otras cosas y mencionaba nuestro equipo de 35 fotógrafos en plantilla, al margen de colaboradores más o menos fijos. Se sobresaltó la audiencia. Las 500 personas que llenaban la sala principal del soberbio ayuntamiento de la capital vienesa empezaron a murmurar. La cifra les pareció como mínimo increíble. ¡Y no!, es un ejemplo más de una política personal a favor de la imagen que sortea el riesgo y la incredulidad y que, seamos claros, es imposible de realizar si no tiene el soporte de los máximos responsables del medio y que en este caso no sólo se trata del apoyo ya que las ideas también emergen de ahí y tienen nombre y apellidos, los del
director de El Periódico: Rafael Nadal.
Nadal ha sabido rodearse de un equipo directivo que entiende e interpreta sus ideas correctamente y al frente del área de diseño colocó a Ferran Grau, con probada eficiencia creativa en muchos otros diarios españoles, que sabe plasmar los temas con imaginación y llevar a buen puerto los proyectos planteados. De este esquema piramidal, capaz de crear propuestas nuevas y rompedoras, como reacción a la palpitante actualidad, transcurren dos años de sorpresas, éxitos y una aceptación popular cada vez mayor que convierten a El Periódico en uno de los tres o cuatro diarios con más lectores de la Península a pesar de no ser un medio nacional pues su ámbito de lectores es básicamente barcelonés y catalán.