26.11.07
(t) "La Frutiger me resulta muy proporcionada, vital y muy versátil"
(Héctor González Di Carlo, director de arte del diario mendocino Los Andes, Argentina)
1. Uso frecuentemente…
… la Garamond: entre las romanas es la que más me gusta por la gracia de sus formas, incluso en su versión itálica. Además, tiene excelente legibilidad.
… y la Frutiger: de las sans serif me resulta muy proporcionada, vital y muy versátil. Me agrada cómo conviven entre sí los signos: minúsculas con minúsculas, minúsculas con mayúsculas y mayúsculas con mayúsculas y números. Es tan despojada que combina muy bien casi con cualquier otra tipografía. Legible como la mejor.
2. Prefiero…
… las que tienen una raiz humanística. Las que mantienen en sus genes -aunque sea remotamente- las características de las letras escritas a mano, aquellas que lograban los escribas con diversos elementos escriptores. Con modulación en el trazo y con aquellas proporciones ancestrales. Gill Sans, Baskerville, Palatino, Optima, Scala, Nimrod… miles. Trato de evitar las tipografías muy afectadas con decoración o demasiado "dibujadas".
3. Odio…
… las tipografías que imitan burdamente la caligrafía. Brush Script, Comic Sans, son algunos ejemplos.
Pero siempre -absolutamente siempre- hago la salvedad de que al momento de elegir una tipografía hay que concentrarse en su funcionalidad en relación al mensaje que deben transmitir. Cada caso en particular es un problema diferente. Y lo que funciona bien para cierta comunicación puede ser nefasto para otra. Conclusión: no hay recetas.