17.1.06
Los 11 niveles del periodismo participativo (primera parte)
Las vacaciones se prestan para hacer todo aquello que no tuvimos tiempo durante el año. Por eso, recién ahora pudimos cumplir con nuestra intención de traducir este interesante artículo que queríamos compartir con ustedes. Steve Outing, del Poynter Institute, lo publicó allá por el mes de junio. Pero su vigencia sigue intacta. Como es bastante extenso, decidimos publicarlo en tres partes. Hoy, la primera.
Para ponernos en tema, vale la pena destacar cuál fue la intención del autor al escribir este texto. Según él, se trata de una "guía de recursos para ayudarlos a descubrir cómo hacer que esta tendencia (la del periodismo participativo, claro) trabaje para ustedes y su redacción". El artículo, entonces, está pensado para que los editores entiendan qué es el periodismo 3.0 y adviertan cómo pueden incorporarlo en sus propios medios.
1. El primer paso: abrirse al comentario público
Para algunos editores que son muy quisquillosos respecto al hecho de que alguien publique contenido bajo su marca, permitir a los lectores agregar comentarios a los artículos web representa un comienzo. En este simple nivel, los comentarios de los usuarios ofrecen la oportunidad de que los lectores puedan reaccionar, criticar, alabar o agregar información a aquello que es elaborado por los periodistas profesionales. Si usted mira los sitios web de noticias que permiten la participación de los lectores (y al momento en que escribo este artículo, son una minoría), verá que hay un mix de reacciones entre los comentarios a los artículos. Pero, en general, se observan algunos ocasionales comentarios que agregan información a lo publicado. Los lectores usan esos comentarios para mencionar alguna cuestión que fue soslayada en el artículo o agregar datos que el periodista no conocía. Esos lectores pueden convertir la historia original en una pieza mejor.
¿Qué contenido debería estar abierto a los comentarios? Los blogs, tradicionalmente, han contado con la posibilidad de que los lectores dejen sus comentarios (aunque algunos de los más populares los evitan, como, por ejemplo, Instapundit). Algunos sitios -entre los que se incluye Poynter Online- permiten los comentarios en todos los artículos. Si usted hace eso, está en el camino hacia una experiencia de periodismo participativo.
Pero, ¿por qué no ir más allá? Considere la posibilidad de permitir los comentarios en otros espacios editoriales como agendas, obituarios, cartas al editor e, incluso, avisos clasificados. Piense en esto: ¿por qué una carta al editor de un lector debe finalizar con esa carta? ¿Por qué no permitir que se establezca una conversación online?
Los comentarios en una agenda o cartelera pueden atraer las críticas de ciudadanos que hayan visto a un artista con anterioridad (un interesante servicio público). Los comentarios en los obituarios podrían atraer recuerdos de las personas que conocían al fallecido. Incluso permitir los comentarios en los avisos clasificados -especialmente en aquellas categorías en las que el vendedor paga por el aviso- puede ser un fascinante ejercicio y un potencialmente buen servicio a los compradores.
Algunas palabras de precaución: algunos sitios web tienen problemas con lectores que publican contenido no adecuado en las áreas de comentarios. Esta cuestión puede ser parcialmente solucionada solicitándoles a los usuarios que se registren previamente -enviando sus nombres y direcciones de e-mail- y, también, estableciendo mecanismos sencillos que permitan a los lectores avisar cuando encuentran contenido inapropiado.
No quiero pintar esto como algo muy fácil. Como los sitios web que permiten los comentarios ya han aprendido, es preciso monitorear qué es lo que la gente publica. La clave puede consistir en advertir que abrirse a los comentarios de los lectores requiere vigilancia, incluso si los posibles problemas puedan ser pocos.
Todavía, al parecer, muchos editores se mantienen renuentes a dar este primer paso hacia el periodismo 3.0. (...) Una conversación de dos vías es una característica imperativa de la mayor parte del periodismo participativo. Sin embargo, continúa siendo una amenaza para mucha gente que está en la profesión periodística y editorial.
Ejemplos:
InsideVC.com (Ventura County Star, California)
Poynter Online
ZDNet.com
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2. Segundo escalón: el ciudadano convertido en colaborador de los periodistas
Un pequeño paso hacia arriba de la escalera es solicitar la contribución de los ciudadanos a las historias escritas por periodistas profesionales. Me refiero a hacer algo más que simplemente agregar un link que diga "comentarios". Quiero decir que, con algunos artículos seleccionados, puede pedirse a los lectores información y experiencias e incorporarlas a la historia principal para enriquecerla.
Un ejemplo: se producen varios robos de automóviles en los estacionamientos de un área determinada. Un periodista escribe un artículo corto sobre el problema, identificando algunas de las zonas donde tuvieron lugar los actos de vandalismo. Como una columna a la historia escrita en forma convencional, los lectores son invitados a publicar sus experiencias y también pueden enviar fotos de sus propios autos.
Esta aproximación convierte a un artículo estándard en una historia que evoluciona constantemente, con víctimas o testigos de los hechos que contribuyen con información y noticias durante un tiempo prolongado.
La información proporcionada por los lectores sirve como una advertencia a los automovilistas acerca de qué estacionamientos están siendo afectados por la ola de vandalismo. Además, esa información puede ser utilizada por los periodistas para crear un mapa del delito, incluyendo las denuncias y fotos de las propias víctimas. (Ésta es otra de esas áreas que requiere vigilancia. Imagine, por ejemplo, si alguien publica una foto de un supuesto ladrón, con los rasgos perfectamente identificables. Si esa persona no es un delincuente sino alguien que simplemente entraba en su propio automóvil... los problemas legales serán importantes.)
Muchas (pero no todas, claro) historias se pueden beneficiar con un tratamiento editorial de este tipo. (...) Una aproximación de estas características al aporte de los ciudadanos no es algo que usted querrá hacer en todos los casos, pero, en los momentos apropiados, es una excelente manera de ofrecer a la comunidad una covertura mejor y más profunda que la que puede lograr un periodista profesional trabajando solo. Por lo tanto, es preciso estar atento a cuáles son las noticias que se pueden beneficiar de este tipo de enfoque.
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3. Ahora nos estamos poniendo más serios: periodismo de fuente abierta
Si está deseoso por dar otro paso en la escalera del periodismo participativo, considere lo que en ocasiones es definido como "periodismo de fuente abierta". Se trata de otra técnica que puede ser usada de tanto en tanto, cuando sea apropiada de acuerdo a la noticia en cuestión.
El término "periodismo de fuente abierta" es generalmente usado para referirse a la colaboración entre los periodistas profesionales y los lectores cuando a estos últimos se les solicita que contribuyan con su experiencia y conocimiento a guiar al reportero en su trabajo.
Hay varias formas de aplicar esta idea, que el periodista puede amparar bajo el paraguas de este modelo general. Una de ellas consiste en anunciar que se está trabajando en una historia en particular e invitar a los lectores a que sirvan de guías en ese proceso. Por ejemplo, si usted tiene agendada una entrevista con un político famoso o una celebridad, avísele a sus lectores y anímelos a enviar sus propias preguntas. Luego seleccione las mejores, agregue las propias y haga la entrevista.
Un paso más adelante: distribuya un borrador de su artículo antes de que sea publicado entre aquellos lectores que colaboraron. Ellos podrán enviar su feedback para mejorar la nota. (...)
Una alternativa a la incorporación invisible de las colaboraciones de los lectores en los textos es que dichas colaboraciones lleven su propio crédito y se desplieguen como ventanas emergentes a partir de hipervínculos colocados sobre ciertas palabras.
Formas más avanzadas de "periodismo de fuente abierta" involucran la colaboración entre el escritor y los lectores. De esta manera, por ejemplo, se les puede pedir a los lectores con conocimiento o involucrados en una cuestión específica que envíen sus propios textos, que luego son incorporados en el artículo final. La retribución a los lectores podría consistir, simplemente, en que sus nombres sean mencionados entre los créditos de la nota publicada. Eventualmente, también pueden recibir alguna retribución monetaria. Obviamente, este sistema exige que el periodista profesional chequee la información suministrada por los lectores para no ser estafado. (...)
Ejemplos:
The Spokesman-Review/APME reader panel