Escribí durante diez años un libro sobre Maradona y su relación con la prensa, cuyo título es “Vivir en los medios” porque, justamente, Diego es un hombre que ha transcurrido sus días con la constante compañía de los medios. Uno y cien fotógrafos, títulos escandalosos, cámaras de TV, “mi sueño son dos”, su voz ronca por radio, un periodista con un grabador en la mano preguntándole sobre cualquier cosa, “me cortaron las piernas”, balines a los movileros, una puteada, la confesión de su adicción a la revista Gente, saludando desde su palco, rating asegurado, “la pelota no se mancha”. Todo eso, también, es Maradona: un impresionante fenómeno mediático sólo comparable al Papa Juan Pablo II o a Lady Di.
El libro (prologado por el periodista Ezequiel Fernández Moores) ya está terminado, a la espera de una innovadora manera de publicación. Recorre desde la primera vez que Maradona salió en los medios hasta la actualidad, mostrándose recuperado y conduciendo su exitoso programa. En el medio, un sinfín de anécdotas contadas por más de sesenta periodistas que lo acompañaron de cerca en diferentes momentos de su vida, y muchas, muchísimas fotos, tapas y artículos de archivo.
No tengo la confirmación, pero apuesto lo que no tengo que en la producción del póster estuvo involucrado Daniel Arcucci, hoy a cargo de La Nación Deportiva. Es Daniel uno de los pocos periodistas que mejor conoce al cumpleañero y quien, además, la vida hizo justicia y lo eligió para que transcriba las palabras maradonianas en “Yo soy el Diego”, la biografía oficial del ídolo. Daniel también festejará, en silencio, por el presente de su querido amigo.
Acertada idea la de La Nación, porque eso también es Diego: una, setenta, mil fotos. Porque está claro que hoy Diego no sólo festeja su cumpleaños 45 con sus familiares y amigos más íntimos, sino también en su programa de TV y, por supuesto, en los diarios del domingo. Porque nació un domingo, el día del fútbol, sí, pero también el de los diarios.
Creo que el hecho de que en los medios se festeje su cumpleaños constituye, de alguna manera, un acto de justicia. Porque Maradona, para bien o para mal, vivió y vivirá por siempre en los medios.