Era la mitad de septiembre del 38. La CBS no sabía que hacer para que su programa tuviera audiencia. Ya había pasado un mes y los guiones de Howard Koch no despertaban ningún interés. Los domingos, a la noche, la competencia era muy dura. El programa favorito era el que conducía el ventrílocuo Edgar Bergen con el muñeco Charlie McCarthy. Pero el último domingo de octubre de ese año, la emisión de la víspera de Todos los Santos rompería con todo lo conocido en radio. El mismo truco que había elegido Orson Welles, hoy era utilizado por Rodrigo Sánchez. Uno le hacía creer al radioyente que estaba sintonizando un programa de música bailable en directo desde los salones del Hotel Park Plaza, que era interrumpido por breves informaciones sobre objetos no identificados en New Jersey. El otro le hacía creer al lector que lo que tenía en sus manos era la primera plana de un periódico neoyorquino que plasmaba todo el terror de esos días. Uno y otro se quedaron con la atención del público, por un largo rato. Por eso, el clásico de H. G. Wells como nadie mostró estará en la portada del suplemento "Metrópoli" del diario "El Mundo".
Este miércoles, el gran Rodrigo Sánchez nos contará cómo trabajó en las tres portadas para La Guerra de los Mundos. Otro genio que da miedo.