El 22 de febrero, la Universitat de Vic (a 60 km. de Barcelona) realizó las Primeras Jornadas de Disseny Periodístic, con el diseñador gráfico catalán Enric Satué. Compartiendo un almuerzo, este profesor de diseño nos habló de una pequeña historia que tenía como protagonista a la letra gótica. Hoy, en exclusiva, el filólogo español Juan-José Marcos García escribe sobre uno de los secretos mejor guardados de éste grupo de fuentes.
(Por Juan-José Marcos García) La letra gótica está muy ligada a los países germánicos. De hecho el tipo gótico fue el primero utilizado en la imprenta por Gutenberg en su Biblia de 42 líneas. Un hecho crucial fue la utilización de la letra gótica tipo fraktur por Lutero en sus famosas tesis de 1517 que clavó en Wittenberg. Al igual que la lengua se ha utilizado a lo largo de la historia como rasgo distintivo de una nación que la distingue de otra y confiere cierta unidad e incluso ha servido para delimitar fronteras, del mismo modo, el tipo de escritura también va vinculado a un cierto regionalismo. Eso es lo que sucedió con la variante fraktur en los países de lengua alemana. Se convirtió en una característica asociada al luteranismo, frente los países católicos (España e Italia fundamentalmente) que escribían con letra humanística. Se estableció así una separación clara y antagónica entre ambas religiones marcadas por un uso diferente de letra. Luteranos=gótica, católicos=humanista. Así continuó siendo a lo largo de varios siglos. Cuando la imprenta suplantó totalmente a los copistas en la producción de libros, la letra gótica seguía siendo en Alemania la fundamentalmente usada tanto en documentos a mano como impresos. Podría decirse que era la letra "nacional". Y así continuó siendo hasta agosto de 1941 en que su uso fue prohibido por decreto. Por supuesto que durante toda la época nazi, la letra gótica fue considerada la escritura nacional inherente al pueblo alemán, digámoslo en su terminología, era la letra "aria". Ahora bien, ¿por qué ese cambio de actitud? La explicación que se da normalmente es la de que un buen día Hitler mirando un libro escrito en hebreo observó cierto parecido entre las letras hebreas y las góticas, llegando a la conclusión que las tipografía gótica tenía que haber sido inventada por un judío. Verdad o no, lo cierto es que su uso fue prohibido. Esta prohibición llevaba ya siendo pedida desde finales del siglo XIX por los científicos alemanes, que veían en la dificultad de la lectura de la letra gótica un freno en la divulgación internacional de sus publicaciones, pues al estar escritas con una letra tan artificial dificultaba no poco la lectura a todas aquellas personas que no fueran alemanas, al no estar acostumbradas a ella. Yo creo que no es casual que el decreto de Hitler fuera firmado por Martin Bormann, científico de reconocido prestigio en aquella época. De hecho hay quien afirma con rotundidad incluso en Alemania que este decreto fue la única contribución a la cultura hecha durante la época nazi. Indudablemente esta prohibición no acabó con el uso de la letra gótica en Alemania. En épocas posteriores a la segunda guerra mundial siguió su uso tanto en publicaciones como a nivel particular, pero ya no tuvo la hegemonía anterior. Incluso hoy en día sigue en uso y salen publicaciones escritas con este tipo de letra. Los periódicos alemanes siguen escribiendo su nombre con letras góticas y de esto hay más ejemplos en otros rotativos en todo el mundo.
Juan-José Marcos Garcíaes autor de la fuente Alphabetum Unicodey es licenciado en Filología Clásica de la Universidad de Salamanca, España.