7.4.05

Que se premien ellos mismos

No siempre escribe. Prefiere un bajo perfil que hace sospechar de sus inclinaciones religiosas. Pero sus opiniones son, por lo menos, valientes. Y son consecuentes, también. Algo que uno no ve muy seguido por las redacciones. Con todo esto de los concursos, los afro-españoles y los logos de software de 3 D, no podíamos seguir respetando su silencio ecuménico. Hoy tenemos el honor de presentar en VisualMente a un tipo duro, que tiene lo que hay que tener (*).

TOMÁS(Por Tomás Ondarra) Eso pasa por presentarse a concursos, o lo que es lo mismo, desconfiar del concurso (que si no se presentarán más veces, que si bla, bla, bla, etcétera...) y volver a presentarse al mismo concurso. "El País" no se presenta a estos concursos. Entre otras muchas cuestiones, porque desde hace años los jurados no son competentes para juzgar la infografía periodística. No tienen ni idea de lo que es infografía, periodismo gráfico, y demás. Ni idea.
Lo último que se ha visto en los Malofiej es bochornoso. ¿Algún diario de los que se presentó no consiguió algún premio? Se premió a todos, o casi todos, para contentarles y que el año que viene vuelvan a presentarse y a pagar. Hay que hacer caja. O eso, o el nivel de la infografía intercontinental ha alcanzado tal cota de excelencia que hay que habría que ahorrase el centenar de premios y dar un galardón Urbi et Orbi.
Hay premios, muchos premios Malofiej, que se han dado a gráficos "inspirados" en otros o directamente copiados de otros diarios y el jurado ha digerido, ha premiado, lo ha celebrado y ni se ha dado cuenta de lo que estaba premiando. O no tenía ni idea.
Y no es muy difÌcil. Sólamente se tenían que fijar en la fecha de publicación... Pues no. No se fijan cuando se publican los gráficos. Y como no se fijan cuándo se publican los gráficos, no saben cuáles son anteriores o posteriores, luego no saben qué aportan unos y otros, luego confunden churras con merinas. Y como los jueces premian, independientemente de la fecha de publicación de los trabajos, habrá que deducir que los jueces no tienen en cuenta la periodicidad de los trabajos y, en consecuencia, valoran de manera incompatible con el periodismo.
Se han dado premios a infografías muy bonitas, pero... ¿eran verdad? ¿la información que se contaba en el gráfico era real? ¿era una información o una "recreación" de informaciones e infografías ya publicadas (refrito)?. Pues no, y toma premio. Oro, plata, bronce o excelencia. A repartir.
Un gráfico de actualidad inmediata es eso: un gráfico de actualidad inmediata. Y otro u otros, son la cobertura de ese suceso. Y otro es un gráfico-reportaje. Y otro es un resumen por un motivo informativo. Y otro es una cronología relacionada con el suceso. Y otro es el gráfico dentro del gráfico como "apoyo o despiece". Y se pueden hacer en color o en blanco y negro. Y todos informan sobre el mismo tema. Y el que sea incapaz de distinguir entre géneros periodísticos, entre diferentes formatos o estilos pues que se quede en casa. Pero a la vista de cómo se conceden premios parece que los jueces tienen dificultades para diferenciar los géneros del periodismo gráfico. Todo vale. ¿O será que los jueces aún conciben la infografía como un producto sin géneros periodísticos y premiable si es grande (ande o no ande) y si rompe columnas en página, mejor? ¿O es un concurso de infografía o es un concurso de puesta en página?
La obscenidad llega a su punto más alto cuando, bajo la cobertura de la búsqueda de la excelencia ¿?, se descalifican trabajos con criterios raros, se habla de ética cuando se admiten gráficos "inspirados en" y, para colmo, no se evidencia la más mínima autocrítica. Así están las cosas.
¿Que ahora le quitan un premio a El Mundo por poner negro...? Pues cada periódico que se presenta sabe a que se expone: a las ineptitudes de los jueces. Así que hay que aceptarlo. La coherencia es así. Hay que asumir el "fallo". ¿Los jueces saben valorar una infografía? Es decir, ¿tienen los jueces un criterio periodístico? Porque deberíamos estar hablando de
periodismo, no de gráficos deslumbrantes. ¿Un concurso de infografía es un concurso de mises?
Si uno se presenta a un concurso del que habla mal... pues hay que asumir lo que ocurre. Otros estamos más tranquilos, somos consecuentes con lo que decimos, y no nos presentamos.
Es una pena que no haya concursos que valoren el trabajo o premien la información. Los infografistas, ¿son periodistas capaces de conseguir, elaborar, editar y publicar una noticia de forma gráfica, o son artistas que necesitan asistentes (asistentes documentalistas, claro) para trabajar? A estas alturas del debate estamos cuando descubrimos que los infografistas quieren premios. ¿Para qué? Para nada, para creerse que son algo, para decirles a su director que son la leche, para, para...¿para? ¿Porque no será para conseguir trabajo de infografista con medallas Malofiej en la cartera?
Nuestro juez es el lector. Para él trabajamos todos los días tratando de explicarle lo ocurrido o lo que podamos contarle, nosotros mismos sabemos si el trabajo es bueno, mediocre o malo, este es nuestro concurso. Y los lectores no sólo no nos premian si no que hasta a menudo nos castigan. Los lectores que pagan cada día al comprar el periódico son más rigurosos que muchos jueces de concursos.
¿Concursos y premios?
Que se premien ellos mismos, que para eso ya están en los jurados.

Tomás Ondarra es el editor en jefe de infografía del diario"El País", de Madrid, España.

(*) Dícese de un tipo que no necesita rectificar, negar o aclarar, lo que acaba de escribir.