(Por Gabriel
Calderón, desde Uruguay) Montevideo es muy chico. Por lo tanto, el mercado que tenemos acá es acotado, no sólo en lo laboral, sino también en la posibilidad de progresar en nuestros estudios académicos. Acá, en este momento, las universidades o los centros de educación no ofrecen a los diseñadores una posibilidad de crecer. Y lo poco que hay, no tiene profesionalismo para capacitar. El mercado dice que los egresados de diseño del Uruguay, ya sea de la ORT o de otros institutos, no tienen los conocimentos ni las capacidades técnicas para trabajar en ellas. Yo he hablado con muchos egresados y todos me decían que por el dinero que cobran para capacitarte deberías salir mejor preparado.
Entonces, ¿hasta qué punto te sirve hacer una facultad o un instituto técnico si el mercado laboral no lo acepta o los tiene mal conceptuados? ¿De quién es la culpa? De los institutos o universidades que aprovechan la falta de oferta y no se preocupan por la mediocridad educativa que brindan o de las agencias o estudios de diseño.
Lo que decía Jimena en su artículo es muy cierto, a cada diseñador le puede resultar muy aburrido el curso editorial (aunque para mí fue unas de la mejores materias que cursé gracias a un excelente profesor), pero hasta que no estás en el medio y no le ves la importancia a un simple texto justificado en caja, para vos siempre será un montón de palabras en el papel.
Pero al ser un país muy conservador, el espíritu de cambio o de innovación será un proceso de largo plazo. Yo siempre digo: lo que pasa en Europa ahora, pasa en la Argentina a los 6 meses o menos, y pasa en Uruguay al año y medio.
Gabriel Calderón es director de Arte de El País Digital de Uruguay
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